Un hecho que ha causado indignación ocurrió en el barrio Santa Mónica Popular, en la Comuna 8 de Cali. La comunidad señaló a un hombre por agredir con un arma cortopunzante a un perro, y la Policía Metropolitana lo capturó. Gracias a la rápida acción de los ciudadanos y la intervención de los uniformados, el caso se hizo público. Sin embargo, aunque lo arrestaron, las autoridades lo dejaron en libertad horas después. Sin embargo, continúa vinculado a un proceso judicial, respaldado por la recién implementada Ley Ángel, que endurece las penas por maltrato animal en Colombia.
La Policía informó que el llamado de alerta provino de residentes del sector. Al llegar al lugar, los uniformados vieron cómo la comunidad confrontaba al presunto agresor. “Una vez en el sitio, los policías observaron que varias personas agredían al implicado y procedieron a capturarlo por el delito de maltrato animal, para ponerlo a disposición de la Fiscalía General de la Nación”, informó la Policía Metropolitana de Cali.
El perro, víctima de la agresión, sufrió una herida profunda con un cuchillo en la zona lumbar. Fue trasladado de inmediato a un centro veterinario, donde se recupera bajo supervisión médica.
La Ley Ángel: un nuevo marco para castigar el maltrato animal
Aunque el hombre fue dejado en libertad, esto no significa impunidad. El caso quedó vinculado a una investigación formal bajo los parámetros de la Ley 2357 de 2024, conocida como Ley Ángel. Esta legislación fue creada tras el conmovedor caso de un perro en Boyacá, llamado Ángel, quien fue hallado con el 80% de su cuerpo despellejado y falleció en febrero de 2025. Esta ley contempla fuertes sanciones para quienes maltraten animales. Las multas oscilan entre 15 y 30 salarios mínimos si hay lesiones graves, y de 30 a 60 si el animal muere. Además, se contempla prisión de hasta 4 años en los casos más severos.
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La Ley Ángel también establece la creación de un registro nacional de personas condenadas por maltrato animal, administrado por la Fiscalía y la Policía. Las personas condenadas también quedarán inhabilitadas para ejercer profesiones u oficios que involucren animales, como veterinaria, zootecnia o actividades en refugios y criaderos.
Este caso en Cali revive la urgencia de fortalecer la cultura de respeto hacia los animales. Aunque el presunto agresor recobró su libertad de forma provisional, la ley ya no es blanda. Y la ciudadanía, como en este caso, juega un papel esencial en la defensa de quienes no tienen voz.