No es en la franja de Gaza, es en el norte del departamento del Cauca. Allí, los niños son entrenados en sus aulas de clase ante un posible hostigamiento de grupos armados en el que pueden quedar en medio del fuego cruzado.
Ya ha ocurrido antes, lo muestran las marcas en paredes y techos en los que se observan los rastros de las balas que han ingresado.
“Cúbranse el corazón con las manos cruzadas, pónganse en posición fetal y hagan presión con sus piernas para proteger su estómago, su hígado. Vamos a estar bien. Sus familias están bien si acá lo estamos. Vamos a pensar que estamos en un ambiente tranquilo. Escuchen mi voz”, les dice la maestra a los niños mientras hacen un simulacro en la zona rural de Corinto.
En Corinto, como en otros municipios del norte del Cauca, hay temor entre sus pobladores.
“El problema acá es que uno es declarado objetivo militar. Hace unos días, una madre esperó en la esquina del colegio, donde está instalada una garita con costales de tierra, a que su hija entrara y se despidiera. Era la calle posterior. Al instante, llegó un hombre y le dijo que era objetivo militar y la acusó de estar entregando información”, dijo una mujer a El Tiempo que no quiso revelar su nombre.
Aunque el presidente Gustavo Petro estuvo la semana pasada en el departamento, el temor es latente entre su gente. Viven en medio de la zozobra por la guerra del Ejército con los frentes Jaime Martínez, Dagoberto Ramos y Carlos Patiño de las disidencias de las Farc que controlan sus territorios.
*Fotografía lado izquierdo: Juan Pablo Rueda/El Tiempo.
Le puede interesar: “De 2010 a la fecha estoy acusado”: Uribe se defiende y critica a Santos y a Petro