Cerca de 82 congresistas, unidos a la ‘Alianza Colombia Libre’, radicaron un nuevo proyecto de ley ante el Congreso para prohibir el fracking. Este sería el quinto propuesto por esta bancada.
Según la senadora, Esmeralda Hernández, esta práctica trae varias consecuencias en la salud pública y ambientales, como el gasto de agua y el daño en los suelos.
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“Según estudios de Duke University, entre el 2011 y 2016, la cantidad de agua usada por pozo para fracking aumentó en 770%. Por tanto, es una preocupación latente y se puede convertir en una amenaza para los acuíferos del país”.
Además, la congresista recordó que Ecopetrol habló sobre una posible contaminación de más de 47,7 millones de litros de agua, cantidad equivalente a la que usarían 370.000 personas en un día, si se realiza en fracking en Colombia.
“Esto es lo que consume una ciudad entera como Armenia. Eso sin mencionar las evidencias que relacionan al fracking con el aumento de sismicidad y potenciales efectos sobre la salud de las personas”.
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Por su parte, la viceministra de Ordenamiento Ambiental, Tatiana Roa, señaló que el Gobierno Nacional respaldará esta iniciativa.
“Durante una década se ha discutido este proyecto que hoy está en el centro de las políticas del Gobierno. Esta crisis climática nos está enviando un mensaje que hoy recoge la Alianza Colombia Libre de fracking, reconocemos esta iniciativa de la ciudadanía organizada y que será respaldada por el Gobierno Nacional”.
Según la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, en 2022, esta práctica es una técnica de fracturamiento hidráulico en yacimientos no convencionales para la extracción de hidrocarburos contenidos en rocas.
Muhamad aseguró que el fracking no es conveniente, ya que, geológicamente, Colombia no es petrolero y no cuenta con grandes yacimientos de gas.
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