Luego de diez ataques terroristas en los últimos meses, Jamundí intenta salir adelante. Son múltiples las amenazas que representa el conflicto armado y el temor de sus habitantes es innegable, pero también su resiliencia.
Un municipio a escasos 17 kilómetros de Cali, ha vivido su propia realidad, una que supera la ficción y donde el abandono estatal. Especialmente en la zona rural, es el protagonista.
CW+ Noticias habló con los ciudadanos, comerciantes, autoridades locales y departamentales. El propósito es el mismo, avanzar hacia la construcción de paz. Recuperar el control territorial y caminar hacia la reactivación económica de una población que hoy pide empatía, solidaridad, y que no pierde la esperanza.
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Solitario, así luce el parque principal de Jamundí, luego de que el municipio, ubicado al sur del Valle y en límite con el Cauca. Fuera blanco de ataques en su perímetro urbano y rural, a manos de las disidencias de las FARC. Una situación ha puesto en riesgo a la Fuerza Pública, que pone el pecho en las montañas e intenta retomar el control de la zona rural. Las autoridades locales, que se han visto amenazadas y a la población civil, que paga los platos rotos en una guerra que no eligió.
Las calles solas muestran a un Jamundí que intenta reponerse ante la adversidad. Al mismo que decidió rechazar la violencia y el mismo que hoy pide a gritos apoyo, para reactivar su economía. Pues para tener un ejemplo, los choladeros, icónicos del municipio y de la región, han visto cómo sus negocios han ido en picada, porque por el miedo, sus negocios, así como sus bolsillos, están vacíos.
“Aquí en este negocio, dependía ocho familias y cada familia tiene sus hijos y gasto. Pero en este momento, solo trabajo con mi hija y un muchacho solo dos personas. Con el dolor en el alma, me toco decirles a las personas que trabajaban conmigo que no podía hasta que esto mejorara, y eso es lo que yo le estoy pidiendo a Dios”, comento comerciante afectado.
Frente a esto gobierno local y departamental estudian estrategias para apoyar a los jamundeños y salir de la crisis.
“Jamundí es un municipio con un gran potencial turístico, nuestro río, nuestra biodiversidad, gastronomía, el cholado y la gente es maravillosa. Pero pues lógicamente estos hechos recientes, han golpeado el turismo y se ve reflejado en la economía de nuestro municipio. Hoy estamos en una estrategia muy fuerte de reactivar el turismo, nuestra economía, vamos a tener el cholado fest. Además, estamos trabajando con la fuerza pública para activar rutas seguras para los turistas y deportistas”, afirmo la alcaldesa de Jamundí Paola Castillo.
“Vamos hacer un programa porque nos reunimos con comerciantes de Jamundí, y ellos piden que se les hagan créditos económicos. Nosotros estamos haciendo créditos desde el departamento, con créditos a cero intereses, para poder fortalecer sus emprendimientos, sus pequeñas empresas, nos comprometimos con ellos de ser incluidos en la siguiente convocatoria y vamos a priorizar a Jamundí para que puedan fortalecer sus microempresas y así de esa manera, generaríamos desarrollo económico”, aseguro la Gobernadora del Valle del Cauca Dilian Francisca Toro.
Pero no es un problema de ahora. La zona rural de Jamundí ha vivido su propia realidad, una que supera la ficción y donde el abandono estatal es el protagonista.
“La ola de terrorismo nos hemos visto muy afectados y preocupados por la situación en el municipio”, expresó una de las habitantes que estuvo cerca de uno los atentados perpetrados por las disidencias de las FARC.
“Creo que este no es un problema de ahora. La presencia de estos grupos al margen de la ley lleva muchos años y se debe a un abandono del Estado, principalmente en nuestra zona rural. Hay veredas y comunidades que hoy no tienen ni siquiera acueducto, ni acceso al mínimo vital que es el agua. Sus instituciones educativas y puestos de salud están abandonados. Cuando el Estado no hace presencia en esas zonas, estos grupos ocupan el territorio.
Esto ha sucedido durante varios años y se ha reproducido desde el año pasado debido a los diálogos de paz. La situación se recrudeció cuando se levantó el cese al fuego, y el Ejército y otras instituciones de la fuerza pública han tenido que entrar al territorio, lo que ha generado retaliaciones de esos grupos”, afirmo la alcaldesa de Jamundí ante la ola de violencia que se ha vivido en los últimos meses.
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Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y es eso mismo, lo que a Jamundí le queda, que el control de los territorios vuelva a la Fuerza Pública y a los ciudadanos y que los grupos armados dejen de una vez por todas en paz a la población, objetivo al que recientemente se unió, después de varios llamados de auxilio, el gobierno del presidente Gustavo Petro, que ya anunció varias medidas, entre ellas, la vinculación del municipio a una misión, que busca además de recuperar la tranquilidad de la región, que haya mayor inversión social.
Entre tanto y mientras Misión Jamundí da frutos, las autoridades locales están en una carrera contrarreloj por aumentar el pie de fuerza, equipar al municipio con cámaras de seguridad y drones que permitan que la Fuerza Pública actúe con mayor eficacia y establecer proyectos que las comunidades campesinas avancen en la sustitución de cultivos ilícitos.