Un nuevo caso de violencia contra servidores públicos sacudió al municipio de Zarzal, al norte del Valle del Cauca. La víctima fue una guarda de tránsito que terminó hospitalizada luego de ser golpeada y atropellada por un motociclista al que intentaba sancionar.
El hecho ocurrió la tarde del sábado 10 de mayo, cerca de las 3:30 p. m., en la carrera 10 con calle 11. En plena zona céntrica, Ana Milena Osorio, funcionaria de tránsito del municipio, vivió momentos de pánico cuando un infractor no solo ignoró la señal de un semáforo, sino que minutos después regresó con violencia.
Todo comenzó con una infracción común. Un motociclista desobedeció la luz roja del semáforo y continuó su marcha sin atender el llamado de las autoridades. Al ser requerido por una compañera de la funcionaria, el hombre evadió la situación y abandonó el lugar sin presentar documentos.
Lo que nadie esperaba era que, entre 10 y 15 minutos más tarde, regresaría con intenciones agresivas. Según relató Ana Milena desde el hospital, el hombre llegó directo hacia ella y, sin decir una sola palabra, la golpeó en el rostro. “Me pegó dos puños”, afirmó con la voz entrecortada.
Ella, al verse agredida, comenzó a grabar al sujeto. Sin embargo, cuando intentó identificarlo y pedir apoyo policial, el atacante fue aún más lejos: abordó su motocicleta y la arrolló.
Gravemente herida y sin apoyo institucional
El atropello fue captado por testigos y quedó registrado en video. En las imágenes se ve a la agente caer al suelo, mientras varios ciudadanos se acercan a auxiliarla. La motocicleta la embistió de frente, provocándole heridas que requirieron atención médica inmediata.
Desde el hospital, la funcionaria grabó un video en el que expresó su preocupación y pidió que el caso no quede impune. “Estoy esperando la cita con la trabajadora social para continuar el proceso”, dijo.
Hasta el momento, ni la Alcaldía ni la Secretaría de Tránsito de Zarzal han emitido un pronunciamiento. Tampoco se ha confirmado la identidad del agresor, aunque se espera que se inicie una investigación formal.
Un llamado urgente a proteger a los servidores públicos
Este caso revive la preocupación por los constantes actos de agresión contra funcionarios que ejercen autoridad en las calles. Más allá del hecho puntual, se pone en evidencia el riesgo que enfrentan los trabajadores públicos ante la intolerancia y la violencia.
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Ana Milena no solo sufrió lesiones físicas, también enfrenta las secuelas emocionales de un ataque injustificado. La comunidad de Zarzal ha expresado su solidaridad y espera que se tomen acciones legales contundentes para que este tipo de hechos no se repitan.
