La Gobernación del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, insistió en la urgencia de avanzar con la Reforma Agraria, una iniciativa que busca saldar la deuda histórica con el sector campesino. La mandataria departamental reiteró su llamado al Gobierno Nacional, al Ministerio de Agricultura y a la Sociedad de Activos Especiales (SAE) para que las tierras improductivas sean entregadas a quienes realmente las necesitan: los agricultores del Valle.
Según las autoridades departamentales, el acceso a la tierra es el primer paso para fortalecer la economía rural, mejorar la seguridad alimentaria y reducir las brechas sociales. La propuesta incluye un trabajo conjunto entre las entidades nacionales y departamentales para garantizar que los predios disponibles sean destinados a proyectos productivos.
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El campo vallecaucano listo para producir y transformar
Desde la Gobernación se anunció el compromiso de acompañar a los beneficiarios con programas que impulsen el desarrollo agrícola, la innovación y la productividad. “Nuestros campesinos no solo necesitan tierra, también requieren herramientas, capacitación y apoyo técnico para hacerla producir”, señalaron voceros del Gobierno departamental.
El plan contempla el fortalecimiento de proyectos de cultivos sostenibles, la promoción de cadenas de valor agroalimentarias y la creación de mercados campesinos que garanticen la comercialización justa de los productos. La meta es que las tierras entregadas no queden en abandono, sino que se conviertan en motor de bienestar económico.
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Trabajo articulado por la dignidad y el desarrollo rural
El llamado del Valle del Cauca también busca promover una alianza institucional que permita acelerar los procesos de adjudicación y uso eficiente del suelo. “Si trabajamos articuladamente, podremos devolverle la dignidad a quienes alimentan a nuestro departamento y al país”, enfatizó la Gobernación. La articulación entre el Gobierno Nacional, la SAE y las autoridades locales será clave para garantizar la transparencia en la entrega de tierras.
Este esfuerzo se enmarca en la visión de un Valle productivo, inclusivo y sostenible, donde el campo deje de ser sinónimo de pobreza y se convierta en símbolo de progreso. La implementación de la Reforma Agraria en la región no solo busca justicia social, sino también fortalecer la soberanía alimentaria.
