El gobierno estadounidense ha anunciado la suspensión de permisos humanitarios para Cuba, Nicaragua y ciudadanos venezolanos, lo que afectará a miles de personas que habían buscado regularizar su estatus migratorio en el país. Esta decisión también se aplica a Haití según algunas de sus directrices y ha generado gran preocupación entre las comunidades de migrantes y los defensores de los derechos humanos.
La legislación, según confirmaron funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), tendrá en cuenta una revisión de las políticas bajo las cuales se emiten estas visas, que permiten a los ciudadanos de esos países vivir y trabajar temporalmente en Estados Unidos. mientras que las condiciones en sus países de origen son desfavorables. Esta medida se produce como parte de la creciente presión sobre el sistema de inmigración de Estados Unidos, que se ha visto asediado por un gran salto en cifras.
La decisión de congelar el programa está relacionada presuntamente con denuncias de fraude en las solicitudes.
“Como medida de precaución” congelar la adjudicación de autorizaciones de viaje “mientras hace una revisión de las solicitudes de patrocinantes”, indicó un portavoz del DHS.
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¿Por qué se dice que hubo fraude?
Para solicitar el permiso, el inmigrante debe tener un patrocinador en Estados Unidos que tenga estatus legal y pueda demostrar ingresos suficientes para sustentarlo.
Según Fox News, el Departamento de Seguridad Nacional suspendió la emisión de nuevos permisos desde el mes pasado después de que un “informe interno” dentro del DHS indicara “altos niveles de fraude” en las solicitudes de patrocinadores.
La disminución ha sido especialmente notoria en las detenciones de las personas de Haití, Cuba y Nicaragua, de acuerdo con datos de CBP.
En diciembre de 2022, un mes antes de que se expandiera el programa para incluir a estas nacionalidades, las autoridades reportaron más de 30.000 detenciones de migrantes de los tres países.
Esa cifra descendió drásticamente a menos de 900 arrestos en febrero de 2023 y se ha mantenido por debajo de las 15.000 detenciones mensuales desde entonces.
Para los migrantes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, la suspensión representa un gran problema. Muchos de ellos habían recurrido a estos permisos como una salida a la difícil situación política y económica de sus países de origen. La medida deja a estos solicitantes en el limbo ya que su estatus migratorio está pendiente mientras se solucionan las nuevas reglas.
Los afectados por la suspensión de los permisos humanitarios deberán mantenerse informados sobre los desarrollos futuros y buscar apoyo a través de organizaciones especializadas mientras el DHS continúa con su revisión y ajuste de los procedimientos.