En un giro polémico de su política migratoria, Donald Trump ha reactivado y reforzado una estrategia que ofrece incentivos económicos a migrantes indocumentados que decidan abandonar voluntariamente Estados Unidos. Bajo este nuevo programa, los migrantes recibirán 1.000 dólares y el pasaje aéreo cubierto si aceptan regresar a su país de origen sin intervención directa de las autoridades de inmigración.
La iniciativa fue anunciada el lunes 5 de mayo por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), como parte de un esfuerzo más amplio para reducir los costos operativos que implica el arresto, la detención y la deportación forzada de personas sin estatus legal. Según cifras oficiales, el costo promedio de una deportación ejecutada por el gobierno supera los 17.000 dólares, lo que ha llevado a las autoridades a buscar alternativas más económicas y “colaborativas”.
“Esta es la opción más segura para las fuerzas del orden y los extranjeros, y representa un ahorro del 70 % para los contribuyentes estadounidenses”, aseguró la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. El plan, que se ejecuta mediante la aplicación CBP Home una herramienta del gobierno que utiliza geolocalización para confirmar que el migrante efectivamente ha salido del país, ya ha sido aceptado por al menos un ciudadano hondureño, quien partió recientemente desde Chicago hacia su país.
¿Oportunidad de retorno digno para los migrantes indocumentados?
Aunque el incentivo de mil dólares puede parecer modesto frente a la magnitud del drama migratorio, para muchos representa una oportunidad de retorno digno antes de ser objeto de procesos judiciales, detención o expulsión forzada. Las autoridades han promovido esta opción como una salida “voluntaria y segura” que evita consecuencias legales y permite al migrante organizar su regreso.
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La medida, no está exenta de controversia. Críticos de la administración republicana han advertido que la política puede ser vista como una forma de presión indirecta que se suma a otras restricciones migratorias. En las últimas semanas, también se han endurecido las condiciones de vida para los migrantes indocumentados, con limitaciones en el acceso a servicios financieros y otras herramientas básicas de subsistencia.
El programa de autodeportación busca reducir el volumen de casos en el sistema migratorio estadounidense y presentar cifras más favorables de salida de migrantes, en el contexto de un año electoral en el que la inmigración vuelve a ocupar un lugar central en el discurso político de Trump.