Nikol Dayana Montaño Herrera, una joven de tan solo 16 años, tenía grandes sueños: quería ser psicóloga o abogada. Sin embargo, su vida se apagó de manera abrupta e injusta por una bala perdida en la ciudad de Cali.
Este triste acontecimiento tuvo lugar en el barrio El Retiro, conocido por ser uno de los más peligrosos de la ciudad. A pesar de los esfuerzos de los médicos durante dos días, Nikol recibió el disparo en la cabeza, por encima del ojo derecho, por lo que el estado clínico fue declarado como muerte cerebral.
Su madre, Liliana Herrera, compartió que el día de la tragedia, Nikol había planeado visitar a su tía. Esta pérdida se suma a la de otro estudiante universitario que también fue víctima de una bala perdida en la misma ciudad, lo que resalta la urgencia de que las autoridades tomen medidas para evitar que más vidas se pierdan de esta manera.
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La noticia de la muerte de Nikol ha tocado profundamente a la comunidad de Cali. Amigos, familiares y vecinos se han unido en un grito colectivo por justicia y seguridad. Las redes sociales se han inundado de mensajes de tristeza y apoyo.
La violencia armada en Cali es un problema que afecta a muchas personas, especialmente a los jóvenes. La falta de control sobre las armas de fuego es una preocupación constante. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, las balas perdidas siguen cobrando vidas inocentes en las calles de la ciudad.
Nikol no solo era una estudiante brillante, sino también una persona llena de energía y bondad. Sus sueños de estudiar psicología o derecho se desvanecieron trágicamente, dejando a su familia y amigos con un profundo vacío. Su legado ahora se convierte en un llamado urgente para que las autoridades actúen y prevengan más tragedias como esta.