En medio de las críticas que ha recibido el Monumento de la Resistencia, el ministro de Cultura salió en defensa de la obra, asegurando que representa un proceso social y comunitario relevante para un sector de la población. “A algunos les parece muy feo, de malas. Es la estética de un sector de la ciudad”, afirmó el ministro, resaltando que la escultura será reconocida como patrimonio nacional.
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El monumento, que ha suscitado controversia en la comunidad, busca conmemorar luchas históricas y la resiliencia de la población. Sin embargo, su diseño ha generado reacciones mixtas, con algunos ciudadanos expresando su descontento por su estética. A pesar de las críticas, el ministro reiteró la importancia de reconocer y valorar estas expresiones artísticas que reflejan la diversidad cultural y social del país.
El debate en torno al monumento continúa, pero el apoyo del Ministerio de Cultura resalta la intención de promover un diálogo sobre el significado y el impacto de estas obras en la identidad colectiva de la ciudad. La escultura se convertirá en un símbolo de resistencia y memoria, abriendo espacios para la reflexión sobre el pasado y el futuro de la comunidad.
Monumento a la Resistencia: Patrimonio Nacional o símbolo divisorio
El anuncio del ministro de Cultura, Juan David Correa, sobre la formalización de la declaración del Monumento a la Resistencia como Patrimonio Nacional, programado para hoy, domingo 27 de octubre, ha reavivado la controversia en Cali. Este monumento, ubicado en Puerto Rellena, ha sido motivo de división desde su construcción, siendo visto por algunos como un homenaje a las protestas que marcaron la historia reciente del país, mientras que otros lo ven como un símbolo de polarización.
Críticas han surgido desde el ámbito político, destacando el rechazo del diputado Rafael Rodríguez, quien hizo un llamado al alcalde de Cali, Alejandro Eder, para que intervenga y remueva el monumento. Rodríguez argumentó que la estructura carece de permisos y que su existencia recuerda el sufrimiento de los caleños durante los disturbios de 2021, además de vincularla a la Primera Línea, alegando financiación por grupos insurgentes.
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El concejal Juan Felipe Murgueitio también ha expresado su oposición, sugiriendo que el monumento no contribuye a la unidad de la ciudad y que, en su lugar, debería fomentarse la reconciliación. Murgueitio reveló que la Contraloría Municipal investiga un posible detrimento patrimonial relacionado con su construcción, lo que ha generado dudas sobre su futuro.
La comunidad está dividida: para algunos, el monumento es un recordatorio esencial de la lucha por los derechos; para otros, perpetúa la discordia. Los defensores argumentan que es crucial preservar la memoria histórica, mientras que los críticos sostienen que su permanencia dificulta el diálogo y la unidad entre los ciudadanos. La controversia en torno al monumento continúa, y su futuro como patrimonio nacional está en el aire.