El domingo pasado, el estadio Olímpico Pascual Guerrero, en Cali, fue escenario de violencia tras la final de la Copa BetPlay Dimayor. Tras los desmanes, la Comisión de Fútbol decidió imponer sanciones severas al estadio para la temporada 2025.
Como consecuencia, el recinto será cerrado para las primeras cinco fechas del campeonato 2025. Además, la tribuna sur permanecerá clausurada durante el primer semestre del año. Para todos los partidos, también se implementarán restricciones drásticas: se prohibirá el ingreso de pólvora, elementos pirotécnicos, trapos y otros instrumentos a lo largo de todo el periodo mencionado.
Esta medida se tomó, dado que durante el partido, se produjeron daños significativos en el estadio, principalmente en las tribunas sur y oriental. Se reportó la destrucción de 582 sillas, el daño de 20 puertas y la extracción de 49 elementos de los baños, que fueron lanzados a la pista atlética.
La Policía Metropolitana de Cali también informó sobre las incautaciones realizadas en los controles de entrada al estadio. En total, se confiscaron 47 armas blancas, 29 botellas de licor, 2 armas traumáticas y 60 kilos de pólvora. Estas acciones son parte de los esfuerzos para prevenir la violencia en los estadios y garantizar la seguridad.
Como parte de las medidas, la Administración Distrital ha propuesto que la tribuna sur se transforme en un espacio familiar para el segundo semestre de 2025. Esta propuesta será evaluada por el club América de Cali, quien es el responsable del estadio.
Además, la Comisión Local de Fútbol ha solicitado al América de Cali bloquear la venta de entradas para las 7.000 personas que estuvieron en la tribuna sur el día del incidente, con el fin de evitar futuras situaciones de violencia.
Recompensa por Información
Para apoyar la identificación de los responsables, la Alcaldía de Cali y la Policía han ofrecido una recompensa de hasta 30 millones de pesos. Hicieron un llamado a la ciudadanía para colaborar con información que ayude a dar con los responsables de estos hechos vandálicos.
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Este incidente ha sacado a la luz una vez más los retos que enfrentan las autoridades y la sociedad para garantizar que el fútbol se juegue en un ambiente de respeto y tranquilidad. Las sanciones impuestas buscan mandar un mensaje claro: la violencia no será tolerada.
