El pasado 15 de diciembre, la final de la Copa Colombia 2024, entre América de Cali y Atlético Nacional, fue empañada por disturbios violentos que sacudieron el ambiente deportivo en el estadio Pascual Guerrero. Mientras las autoridades realizaban inspecciones para evaluar los daños causados por los desmanes, encontraron un hallazgo que ha generado gran preocupación: drogas y otros objetos ilícitos ocultos en preservativos y bolsas plásticas dentro de los baños de mujeres.
Testigos presentes durante la inspección confirmaron que se trataba de un ingreso clandestino de sustancias psicoactivas y materiales prohibidos. Aparentemente introducidos por algunas mujeres, quienes habrían recurrido al método intravaginal para evadir las requisas de seguridad. Las autoridades encontraron evidencia en la tribuna sur del estadio, principalmente en los baños femeninos, donde se decomisaron bolsas y condones con los objetos.
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El personero de Cali, Gerardo Mendoza Castrillón, tras recorrer el estadio, subrayó la gravedad de la situación y la necesidad de tomar medidas drásticas. En una propuesta para controlar los actos violentos, Mendoza sugirió suspender uno o dos torneos para castigar a los responsables de los disturbios y enviar un mensaje claro sobre la seguridad en los estadios.
Violencia en el Pascual empañó al fútbol colombiano
La violencia en el Pascual Guerrero no solo afectó la imagen de América de Cali, sino también la de todo el fútbol colombiano, sumándose a la preocupación por los constantes episodios de desorden y caos en eventos deportivos. Durante el partido, se vivieron momentos de tensión cuando hinchas, muchos de ellos encapuchados, provocaron un ambiente de caos que impidió la normal conclusión del juego, que terminó con Atlético Nacional coronándose campeón.
El alcalde de Cali, Alejandro Eder, también se pronunció sobre el daño a la infraestructura del estadio, revelando que se había afectado la silletería y las instalaciones sanitarias. Además, se registraron actos de violencia con lanzamiento de elementos pirotécnicos hacia los agentes de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo), lo que empeoró aún más la situación.
Este nuevo episodio de violencia resalta la necesidad urgente de implementar políticas más estrictas y sanciones severas para garantizar que el fútbol vuelva a ser un espectáculo seguro para todos. La Personería de Cali instó a las hinchadas a modificar su comportamiento para evitar que el fútbol sea utilizado como excusa para desatar conflictos en los estadios.