En los trece días que han transcurrido del 2025, Cali ha enfrentado un panorama de violencia marcado por un incremento en los homicidios, según los boletines oficiales entregados por las autoridades locales. Hasta la fecha, se han documentado múltiples casos de asesinatos en diferentes sectores de la ciudad, evidenciando la persistencia de problemáticas relacionadas con el uso de armas de fuego y conflictos sociales.
Desde el primer día del año, la ciudad ha sido escenario de múltiples asesinatos que se han incrementado en días posteriores. Algunos de estos crímenes han sido producto de riñas y ajustes de cuentas, mientras que otros siguen siendo investigados para esclarecer los motivos detrás de los ataques. Además, los agresores parecen actuar con rapidez, pues varios de los homicidios han ocurrido en cuestión de minutos, dejando pocos rastros para las autoridades.
Este panorama de inseguridad ha encendido las alertas en las autoridades locales, quienes han aumentado los operativos de seguridad en los puntos más conflictivos. Sin embargo, los resultados aún no han sido suficientes para frenar esta ola de violencia, que ha dejado consternados a los ciudadanos caleños, quienes temen por su seguridad en las calles. La ciudad enfrenta así un reto urgente de combatir los altos índices de homicidios y devolver la tranquilidad a sus habitantes.
Enero inicia teñido de sangre
El 2 de enero, tres personas fueron asesinadas en diferentes barrios de la ciudad, Bellavista, Quintas del Sol y La Paz, todas víctimas por arma de fuego. El 3 de enero, la cifra subió a cinco, con homicidios en Nueva Floresta, Alfonso López y otros sectores, cuyas víctimas tenían edades comprendidas entre los 18 y los 65 años. La violencia continuó al día siguiente, 4 de enero, con seis muertes más en barrios como Polvorines y Brisas de Mayo, entre ellas la de dos hombres que perdieron la vida en un solo incidente.
El 5 de enero se sumaron tres homicidios, con víctimas en sectores como Alto Nápoles y Mojica II. A lo largo de la primera semana del mes, los crímenes continuaron. El 6 de enero, cinco personas fueron asesinadas, destacándose el caso de un joven de 29 años que fue atacado con un cuchillo por un agresor conocido como “El Loco David”. Los días 7 y 8, los homicidios llegaron a cuatro, entre ellos los de un hombre afrodescendiente en Talanga I y otro en Benjamín Herrera, ambos por arma de fuego.
El 9 de enero, la violencia se desbordó tras una riña en el barrio Centenario, que resultó en el homicidio de “El Tuerto”, mientras que el 10 de enero un joven de 25 años fue apuñalado en San Cristóbal. El 11 de enero, dos personas fueron asesinadas, una en El Poblado II y la otra en Mojica, ambas muertas por disparos.
Finalmente, en la noche del domingo 12 de enero, tres personas perdieron la vida y dos más resultaron heridas en el Boulevard del Oriente, en Cali, en lo que las autoridades han catalogado como la primera masacre de 2025. Entre las víctimas fatales se encuentran María del Mar Mosquera, Julián Esteban López y Nohelia López, quienes serían miembros de una misma familia. Las autoridades investigan si el hecho está relacionado con retaliaciones familiares.
De los 33 homicidios registrados, la mayoría de las víctimas son hombres entre los 18 y 40 años. En varios casos, las investigaciones iniciales señalan ajustes de cuentas y riñas como posibles móviles, aunque en otros los motivos aún son desconocidos. La violencia en vía pública predomina, destacándose sectores como Mojica, Alfonso López, Brisas de los Álamos y Laureano Gómez como zonas críticas.
Reacción de las autoridades
Ante esta preocupante situación, las autoridades han reforzado los operativos policiales en los puntos más afectados por la violencia. La Secretaría de Seguridad y Justicia de Cali anunció la implementación de estrategias específicas para combatir el aumento de los homicidios, incluyendo patrullajes conjuntos con el Ejército en áreas de mayor incidencia delictiva.
El alcalde de la ciudad, Alejandro Eder, hizo un llamado a la ciudadanía para colaborar con las autoridades proporcionando información que permita esclarecer los casos. Sin embargo, el panorama refleja un inicio de año desafiante para las instituciones encargadas de garantizar la seguridad de los caleños.
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La alta cifra de homicidios en tan pocos días reitera la necesidad de medidas urgentes para detener la escalada de violencia que sigue azotando a Cali, una ciudad que aún lucha por superar su histórica marca como una de las más peligrosas del país.
