En las primeras horas de este sábado, un operativo conjunto entre la Policía Ambiental, el Ejército Nacional, la Policía Metropolitana y el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma) dejó al descubierto un nuevo caso de tráfico de fauna silvestre en Cali. Esta vez, fueron 109 cangrejos azules, especie conocida científicamente como Cardisoma crassum, los que fueron hallados en pleno Mercado de La Casona, uno de los principales puntos de abastecimiento en el oriente de la ciudad.
El operativo no fue un hecho aislado, sino parte de una estrategia preventiva que la autoridad ambiental caleña viene ejecutando desde el pasado 5 de marzo, coincidiendo con el inicio de la Cuaresma. Históricamente, la temporada previa a Semana Santa ha representado un periodo crítico para la biodiversidad en el país, ya que aumenta la demanda de especies silvestres para consumo, especialmente en plazas de mercado y zonas rurales.
Con este contexto, las autoridades recorrieron los pasillos del mercado en busca de posibles infracciones, inspeccionando minuciosamente los puestos y recibiendo el apoyo de la comunidad para ubicar a los comerciantes que incurrieran en la venta de especies protegidas. La jornada terminó con la imposición de dos comparendos a personas que, según las autoridades, incurrieron en comportamientos que afectan directamente la fauna silvestre.
Jorge Escudero, coordinador operativo de Fauna Silvestre del Dagma, explicó la gravedad de estas prácticas y el impacto que tienen sobre el entorno natural. “El tráfico de fauna no solo vulnera los derechos de los animales, también rompe cadenas ecológicas esenciales para el equilibrio del ecosistema. Estamos hablando de delitos que deben ser tomados con total seriedad”, aseguró.
Los cangrejos fueron llevados al Hogar de Paso del Dagma, donde se evaluará su estado de salud antes de ser entregados a la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), entidad encargada de reubicarlos en su hábitat natural.
El intendente David Rendón, jefe de la Policía Ambiental y de Recursos Naturales, reiteró que este tipo de controles continuarán de forma permanente durante toda la temporada, especialmente en zonas donde se sabe que hay comercio ilegal de especies protegidas. “La presencia institucional es clave. Pero también lo es la denuncia ciudadana. Invitamos a todos a reportar estos casos para evitar que más animales terminen fuera de su entorno”, señaló.
Las autoridades recordaron que, de acuerdo con la Ley 2111 de 2021 —también conocida como Ley de Delitos Ambientales—, el tráfico de fauna y flora silvestre es un delito penal que puede acarrear sanciones de hasta 135 meses de prisión, además de multas que superan los 43.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
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La invitación a la ciudadanía es clara: no comprar ni consumir especies silvestres durante la Semana Santa, ni en ninguna época del año. Quienes deseen reportar casos de tenencia o comercialización ilegal pueden comunicarse con el Dagma a través de su línea de emergencias ambientales (3137801532), con la Policía Ambiental (3160186068), o con el grupo especial de la Fiscalía (GELMA) al 6028826115 o 3004592472.
Cali, una ciudad rodeada de vida silvestre y riqueza natural, enfrenta el reto urgente de frenar el tráfico de fauna. Y aunque los operativos son una herramienta esencial, la conciencia ciudadana es el motor que permitirá proteger lo que aún queda.