Un teatro colmado de entusiasmo fue el punto de partida de un encuentro musical sin precedentes en la ciudad. El Primer Festival de Música Clásica de Cali arrancó con una gala inolvidable en el Teatro Municipal Enrique Buenaventura. Allí, el barítono Valeriano Lanchas y la Banda Departamental del Valle unieron su talento para ofrecer una experiencia sonora que dejó huella en los asistentes.
Desde el primer acorde, la noche estuvo marcada por una sensibilidad artística que puso de pie al público. La combinación entre la voz potente de Lanchas y la fuerza sinfónica de la agrupación vallecaucana, bajo la dirección de Miguel Santiago López, demostró que la música clásica puede conmover hasta al más escéptico. Obras de Duparc, Ravel y Falla tejieron un viaje emotivo que no solo entretuvo, sino que también honró el poder del arte en vivo.
La apertura del festival no fue simplemente un espectáculo, sino una declaración de intenciones. La secretaria de Cultura de Cali, Leydi Higidio, resaltó que este evento es el resultado de un esfuerzo articulado durante un año, en alianza con otras ciudades y con énfasis en el trabajo colectivo. Destacó, además, el papel crucial de las orquestas locales y los procesos de formación musical en la ciudad.
“No solo estamos trayendo talento nacional. Estamos impulsando a los jóvenes músicos que se están formando desde los barrios, desde los semilleros”, aseguró Higidio. La programación contempla múltiples escenarios comunitarios, desde iglesias hasta teatrinos, acercando la música sinfónica a todos los públicos. “Esto no es solo un festival. Es un movimiento cultural que nos invita a pensar que la música también es una forma de transformación social”, agregó.
Inspiración para nuevas generaciones
Lanchas, visiblemente emocionado, agradeció la invitación y celebró el recibimiento del público. “Cantar aquí, frente a un teatro lleno, ha sido un regalo. Cali merece este tipo de espacios”, expresó tras su presentación. La Banda Departamental del Valle, con más de 80 años de historia, mostró una solvencia interpretativa que reafirma su lugar como una de las agrupaciones más sólidas del país. Su participación es, además, un símbolo del legado musical que se cultiva desde las instituciones como Bellas Artes.
Para Miguel Santiago López, el festival es también una vitrina para mostrar que sí es posible vivir de la música sinfónica. “Los jóvenes deben ver que hay caminos en el arte. Este escenario inspira y transforma”, afirmó.
Agenda con entrada libre: la ciudad se llena de música
La programación del Festival de Música Clásica se extiende hasta el 19 de abril con una serie de conciertos en distintas comunas. Desde el Cuarteto Victoria en la Parroquia Cristo Resucitado hasta la Orquesta Sinfónica Juvenil Notas de Paz en el barrio Morichal, el festival busca democratizar el acceso a la cultura.
Los conciertos incluyen propuestas pedagógicas, ensambles juveniles, coros, orquestas de cámara y hasta un concierto gospel para la clausura. Todo con entrada gratuita, apostándole a la cultura como derecho y no como privilegio.
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Este evento no solo posiciona a Cali como epicentro musical. También revela una ciudadanía dispuesta a vibrar con lo clásico. Una escena que florece, con nuevos públicos y con un mensaje claro: en Cali, la música clásica no es ajena ni lejana. Está viva, presente y lista para emocionar.