El 4 de mayo, la capital vallecaucana vivirá uno de los eventos deportivos más ambiciosos de su historia reciente: la primera edición de la Maratón de Cali. Será mucho más que una carrera, pues reunirá a 10.000 atletas de 37 países y convertirá a la ciudad en un gran escenario de competencia, encuentro y celebración.
La iniciativa nació en medio de conversaciones previas a las elecciones de 2023, cuando el ahora alcalde Alejandro Eder manifestó su interés en posicionar a Cali como una capital del deporte con eventos de talla mundial. Ese deseo pronto se transformó en acción. Con la dirección de Luis Felipe Posso, un reconocido representante de atletas élite, la maratón comenzó a tomar forma con una visión clara: no hacer cualquier evento, sino uno capaz de competir con los mejores del continente.
La competencia, que ya cuenta con el sello élite de World Athletics, el máximo organismo del atletismo a nivel global, ofrecerá tres distancias: los tradicionales 42 kilómetros, una prueba de 15 kilómetros y una mini maratón de 4.2. Todas saldrán desde las canchas panamericanas y recorrerán tramos icónicos de la ciudad. Además, se ha confirmado que varios medallistas olímpicos y campeones mundiales estarán presentes, lo que promete elevar el nivel de la competencia.
Uno de los grandes atractivos será la diversidad de los participantes. El 62% de los inscritos provienen de fuera de Cali y hay presencia confirmada desde ciudades como Bogotá hasta delegaciones de países europeos, africanos y asiáticos. El entusiasmo ha sido tal que, incluso antes de realizarse, la maratón ya es la segunda con mayor participación del país.
El impacto, sin embargo, va más allá del deporte. La maratón también representa una oportunidad para dinamizar la economía local, activar el turismo y consolidar a Cali como un destino capaz de recibir eventos internacionales de gran envergadura. La bolsa de premios alcanzará los 400 millones de pesos, lo que también la convierte en una de las más atractivas para corredores profesionales.
Desde su anuncio oficial, la ciudad ha respondido con entusiasmo. Se espera que miles de caleños salgan a las calles el día del evento para aplaudir y animar a los atletas. La visión de Posso y del equipo organizador va más allá de una carrera: quieren dejar sembrada una tradición que crezca con los años. La meta es clara: no detenerse en 10 mil corredores, sino llegar a los 30 mil en futuras ediciones.
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Este 4 de mayo, Cali correrá. Pero más que eso, celebrará su capacidad de soñar en grande, de abrirle paso al deporte como motor de transformación y de mostrarse al mundo como una ciudad que no se queda quieta.
