Bajo el lema “Fortalecer los comedores es fortalecer la vida”, el alcalde Alejandro Eder encabezó la entrega de nueva dotación a 765 comedores comunitarios de Cali. La inversión, cercana a los mil millones de pesos, incluye ollas industriales, cucharones, termos, estufas y refrigeradores destinados a mejorar las condiciones de trabajo de 2.600 gestores y gestoras que sirven diariamente más de 80.000 raciones de comida.

Según la Secretaría de Bienestar Social, un estudio técnico identificó carencias críticas en infraestructura y utensilios. “Garantizar la alimentación requiere compromiso con la dignidad humana, no gestos simbólicos”, destacó el titular de la cartera, Flavio Carabalí. La intervención apunta a reducir riesgos sanitarios, optimizar tiempos de cocción y asegurar la cadena de frío de alimentos perecederos.
Alcaldía evaluará ampliar cobertura a sectores periféricos
Líderes de los comedores celebraron la dotación. Lucy Uribe, responsable del comedor Boyacá, relató que antes debían turnarse una sola olla para 200 platos: “Estas herramientas alivian nuestro trabajo y elevan la calidad de la comida que entregamos”. Cada punto de entrega fue acondicionado como espacio de reconocimiento para las “manos que sostienen los barrios desde la cocina”, en palabras del padre Diego Guzmán, representante de la Pastoral Social, aliado histórico del programa.
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El suministro de insumos alimenticios que llega cada 10 días a los comedores se mantendrá, mientras la Alcaldía evalúa ampliar la cobertura a sectores periféricos donde la inseguridad alimentaria es mayor. El plan integral de fortalecimiento social incluye, además, capacitaciones en manipulación higiénica de alimentos y gestión de emprendimientos gastronómicos comunitarios.
Con esta entrega, la administración Eder marca un hito en políticas de asistencia alimentaria y refuerza su narrativa de “recuperar Cali desde las bases”. El reto ahora será sostener la dotación, evitar el deterioro de equipos y medir el impacto real en la nutrición de la población beneficiada. De cumplirse las metas, Cali podría convertirse en referente nacional de programas de alimentación solidaria gestionados por la comunidad.