Desde el Ministerio de Defensa, el ministro Pedro Sánchez, reaccionó de inmediato al atentado ocurrido en Cali, en el que resultaron heridos tres uniformados de la Policía Nacional. Desde Bogotá, las autoridades enviaron un mensaje firme: no se tolerarán acciones terroristas en contra de quienes garantizan la seguridad del país. “Tenemos todas las capacidades de la fuerza pública desplegadas para restablecer el orden y capturar a los responsables lo más pronto posible”, señaló la cartera.
Como parte de la estrategia de reacción, el Gobierno ofreció una recompensa de hasta 300 millones de pesos por información que conduzca a la identificación y captura de los responsables. Se habilitaron las líneas 323 273 4707 y 314 358 7212, así como la nacional 107, para que la ciudadanía aporte datos de forma segura y anónima. Las autoridades instaron a denunciar, colaborar y no permitir que los violentos continúen sembrando el miedo.
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Llamado del Gobierno: unidad nacional contra el terrorismo
El ministro calificó el atentado en Cali como un ataque deliberado contra la institucionalidad y contra toda la sociedad civil. “Debemos unirnos todos para erradicar el terrorismo. Ningún grupo armado ilegal puede seguir operando sin consecuencias”, se afirmó en un comunicado oficial. Además, se reiteró que estos actores ya superan cualquier límite moral, ignorando las normas del Derecho Internacional Humanitario al atacar civiles y autoridades por igual.
El mensaje del Estado es que los grupos armados ilegales deben desmovilizarse o ser desmantelados. La situación actual exige respuestas decididas, y desde el Gobierno se mantendrá una política de cero tolerancia frente a los responsables de generar zozobra en las ciudades. La ofensiva continuará con más operativos y presencia policial y militar en puntos estratégicos, especialmente en zonas vulnerables de Cali.
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El atentado: un ataque que dejó a tres policías heridos
El pasado 17 de mayo, en horas de la tarde, un atentado con explosivos sacudió una zona urbana de Cali. El ataque hirió a tres policías que se encontraban en labores de patrullaje, cumpliendo su deber de proteger a la ciudadanía. La detonación ocurrió en un momento de alta afluencia de personas, lo que también representó un riesgo para la población civil.
El hecho causó temor entre los habitantes del sector y provocó un rechazo generalizado de autoridades locales y nacionales. La comunidad expresó su respaldo a los uniformados y exigió justicia. Mientras los heridos reciben atención médica, las autoridades avanzan en la recolección de pruebas, revisión de cámaras de seguridad y rastreo de posibles responsables materiales e intelectuales.
