Un intento de ataque con arma blanca contra un agente de tránsito en Cali fue neutralizado este viernes 23 de mayo por un miembro del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía. El hecho se presentó en la calle 25 con carrera 85C, en el sur de la ciudad, cuando un motociclista sin documentos intentó agredir al funcionario que le realizaba un procedimiento de control.
De acuerdo con la Secretaría de Movilidad de Cali, el motociclista se tornó violento al ser requerido y, en un acto de intolerancia, sacó un arma cortopunzante con la que pretendía atacar al agente. La situación fue rápidamente controlada por el investigador del CTI, quien intervino y logró reducir al agresor, evitando una tragedia.
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“Gracias a la acción decidida del funcionario judicial, este individuo fue capturado en flagrancia y se encuentra bajo custodia de las autoridades competentes. Además, la motocicleta fue inmovilizada”, confirmó la entidad.
Este nuevo caso se suma a una preocupante tendencia de agresiones contra agentes de tránsito en la ciudad. Solo en lo que va de 2025 se han registrado 39 casos, cifra que se acerca rápidamente al total de agresiones reportadas durante todo el 2024. Las autoridades advierten que la violencia contra estos funcionarios va en aumento, incluso con ataques que incluyen armas o amenazas graves.
Alcalde de Cali condenó el hecho
El alcalde de Cali, Alejandro Eder, condenó enérgicamente el ataque y reiteró el respaldo a los servidores públicos que cumplen labores de control en las calles. “No aceptaremos violencia de ningún tipo contra quienes representan la autoridad. Este no es el camino. Necesitamos construir una ciudad donde prevalezca el respeto”, manifestó en sus redes sociales.
Además, el mandatario hizo un llamado a los ciudadanos a colaborar con la labor de los agentes y a rechazar cualquier tipo de agresión. “No podemos seguir normalizando estos hechos. Cali necesita orden, pero también convivencia”, añadió.
Este hecho se produce pocos días después de otro caso que generó indignación nacional, cuando un ciudadano fue capturado por insultos racistas contra otro agente de tránsito. Ambos casos reflejan una creciente tensión entre la ciudadanía y las autoridades viales, lo que ha encendido las alarmas en el gobierno local y en los organismos de seguridad.
