Una niña de 12 años se desmayó en su colegio en Buenaventura, revelando un caso estremecedor de maltrato infantil. Los médicos encontraron algo más alarmante que un simple desmayo cuando trasladaron de urgencia a la niña a la Clínica Santa Sofía: múltiples cicatrices, moretones antiguos y señales de abuso físico sistemático.
Luego de conocerse el caso, las autoridades iniciaron una intensa investigación. Todo apuntaba a dos responsables, quienes son Luz Elena Montenegro y Alexis Orozco. La pareja estaba a cargo del cuidado de la menor. Según los testimonios recogidos por la Fiscalía, la sometían a castigos físicos constantes y tareas domésticas forzadas.
Tras ser señalados como presuntos agresores del maltrato a la niña, ambos huyeron. Desde febrero estaban prófugos de la justicia. Sin embargo, una operación coordinada del Gaula Militar Buenaventura y la Fiscalía permitió su localización y captura en el barrio Santa Bárbara de Cali.
“Dando cumplimiento a órdenes judiciales, se logró la detención de una pareja, quienes contaban con orden de captura emanada por el Juzgado Quinto Penal Municipal con función de control de garantías de Buenaventura”, informó la Armada Nacional.
Captura y cargos judiciales
Los delitos que enfrentan son graves, puesto que las autoridades les imputan cargos por trata de personas con fines de servidumbre, tortura agravada y violencia intrafamiliar. Las pruebas médicas, los informes de los docentes y la investigación judicial conforman un expediente contundente. Las autoridades enviaron a ambos a centros de reclusión. Trasladaron a Montenegro a Palmira y a Orozco a Popayán, donde esperan la audiencia de imputación de cargos.
Uno de los detalles que más ha generado indignación es el cargo que ocupaba Luz Elena Montenegro, ya que se desempeñaba como funcionaria de la Procuraduría en Buenaventura. Tras conocerse su presunta responsabilidad, fue destituida de su cargo de manera inmediata. Este elemento añade una dimensión institucional al caso, que ha generado una ola de repudio en redes sociales y en la opinión pública.
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Mientras tanto, la niña permanece bajo el cuidado del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Se le brindan atención médica, psicológica y un entorno seguro para su recuperación. Las autoridades aseguran que seguirán acompañando el proceso para garantizar su bienestar integral. Este caso pone de nuevo sobre la mesa la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección a la infancia en Colombia.
