Con una inversión de más de $41.400 millones, Cali se convierte en la sede del primer radar 3D civil del país. La infraestructura, considerada única en América Latina, marca un hito en la vigilancia y control del espacio aéreo nacional. Este radar forma parte de un ambicioso plan que contempla la instalación de siete dispositivos similares en puntos estratégicos del territorio colombiano.
El nuevo radar fue instalado sobre una torre de 30 metros de altura en el Valle del Cauca. Está equipado con un radar primario tridimensional, uno secundario en Modo S, antena de barrido electrónico y canal meteorológico. También integra un sistema satelital ADS-B que mejora la cobertura y la detección de aeronaves en tiempo real.
Su capacidad de vigilancia se extiende entre 100 y 250 millas náuticas. Esto garantiza una operación robusta, incluso en condiciones climáticas adversas. La torre cuenta con recubrimiento anticorrosivo y energía redundante, lo que asegura su funcionamiento continuo.
Impacto estratégico y generación de empleo
Durante la ejecución del proyecto en Cali se generaron más de 120 empleos directos. A nivel nacional, el programa ha producido más de 300 empleos directos, 200 indirectos en obras civiles y 50 técnicos especializados. Así mismo, la ministra de Transporte, María Fernanda Rojas, destacó que este avance es reflejo del compromiso del Gobierno con la modernización:
“Con tecnología de punta, damos pasos firmes hacia cielos más seguros”.
Por su parte, el brigadier general (R.A.) José Henry Pinto, director de la Aeronáutica Civil, afirmó: “La infraestructura tecnológica instalada mejorará significativamente la seguridad del aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de Palmira”.
Además, la empresa Indra, en unión temporal con Dextera bajo el nombre Radcol 2023, desarrolló el sistema. Ambas compañías incorporaron principios de sostenibilidad, eficiencia energética y economía circular en todas las fases del proyecto. También, el radar enviará toda la información captada a la Sala Radar de Cali, al Centro de Control de Bogotá y a la Fuerza Aérea Colombiana. Este sistema refuerza la capacidad del país para vigilar su espacio aéreo de manera autónoma y con altos estándares de precisión.
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Según la viceministra de Infraestructura, Liliana María Ospina, “invertimos en tecnología, pero sobre todo en proteger vidas”. Así, Cali no solo se fortalece como epicentro tecnológico, sino que lidera una nueva era de vigilancia y seguridad aérea en Colombia.