La salud pública y privada de Cali atraviesa uno de sus momentos más delicados. Las deudas que mantienen las EPS intervenidas con clínicas y hospitales de la ciudad no solo afectan la sostenibilidad financiera de estas entidades, sino que también ponen en riesgo la atención médica de miles de usuarios, especialmente de los sectores más vulnerables.
Según cifras oficiales presentadas por la Secretaría de Salud de Cali, las empresas sociales del Estado (ESE) que agrupan los hospitales públicos de cada comuna enfrentan una deuda acumulada de 65.000 millones de pesos, mientras que la red hospitalaria privada tiene cuentas pendientes que superan los 2,5 billones de pesos.
El secretario de Salud, Germán Escobar, advirtió que “la cartera corriente sigue siendo preocupante, especialmente para la red privada hospitalaria. Este año, a mitad de 2025, los valores de la deuda continúan en niveles alarmantes que dificultan la sostenibilidad de los servicios médicos”.
Hospital Mario Correa Rengifo un ejemplo de la crítica situación
Un ejemplo de esta crítica situación lo representa el hospital Mario Correa Rengifo, uno de los principales centros asistenciales del suroccidente de la ciudad, que atiende a más de 120 mil personas de la ladera de Cali. Su gerente, Juan Carlos Corrales, denunció que las tres EPS más grandes Emssanar, Coosalud y Asmet Salud les deben más de 33.500 millones de pesos, de los cuales solo el 40% corresponde a deuda reciente. Esto ha impedido el pago de salarios a médicos, especialistas y personal asistencial desde el mes de mayo, además de generar un creciente endeudamiento con proveedores.
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La ESE Oriente, por su parte, también reporta afectaciones económicas graves. Solo Coosalud le adeuda cerca de 4.000 millones de pesos, sin contar las obligaciones pendientes de otras EPS como la Nueva EPS.
El retraso en los pagos algunos con más de 170 días de vencimiento ha generado una cascada de consecuencias: limitación en los servicios, desabastecimiento de insumos médicos, dificultad para mantener el personal operativo y cierre de áreas críticas en centros médicos.
Red privada también con falta de recursos
Escobar también expresó su preocupación por el impacto en la red privada. “Hay clínicas que han tenido que cerrar servicios completos, como ginecología y obstetricia, por falta de recursos provenientes de las EPS. Esto afecta gravemente la capacidad de respuesta del sistema de salud de la ciudad”.
Frente a esta situación, la Alcaldía de Cali ha impulsado un plan de modernización de la infraestructura hospitalaria pública. “Las seis ESE del Distrito han iniciado procesos de renovación física y fortalecimiento financiero para garantizar la atención a los ciudadanos”, le indicó Escobar a El País.
No obstante, mientras no se logre una solución estructural a la deuda acumulada de las EPS intervenidas, el panorama para la salud en Cali sigue siendo incierto. Los usuarios, especialmente aquellos que dependen del régimen subsidiado, continúan siendo los más afectados por una crisis que se agudiza con el paso de los meses.