Con maquinaria sobre el terreno y las primeras zanjas abiertas, la transformación del barrio Obrero ya es una realidad. Esta semana comenzó la intervención de las dos primeras cuadras de este tradicional sector de la capital vallecaucana, en lo que se perfila como una de las obras urbanas más significativas para el suroriente de Cali.
El proyecto contempla remoción de pavimento existente, adecuación de infraestructura subterránea y, lo más novedoso, una intervención sobre la superficie que permitirá que la calzada y el andén estén al mismo nivel, mejorando así la accesibilidad, la seguridad peatonal y el flujo de movilidad en general.
El barrio Obrero no es cualquier sector. Su nombre evoca las luchas laborales de principios del siglo XX y su geografía está marcada por décadas de vida barrial, comercio popular y herencia cultural. Aquí nacieron leyendas de la salsa, se fundaron clubes históricos y se vivieron momentos clave en la evolución social de la ciudad. Por eso, la intervención no solo busca mejorar la infraestructura física, sino resignificar el valor simbólico del espacio urbano.
La obra se desarrolla en etapas progresivas, precisamente para garantizar que la vida cotidiana de sus habitantes no se vea afectada de forma abrupta. La idea es que las actividades comerciales, culturales y vecinales puedan continuar mientras avanza la modernización.
Obras con visión integral: movilidad, cultura y patrimonio
La intervención incluye la subterranización de redes eléctricas, de telecomunicaciones y de servicios públicos, una medida que no solo mejora el aspecto visual del barrio, sino que aumenta la seguridad y reduce el riesgo de fallas o accidentes asociados a cables expuestos o redes en mal estado.
Con esta obra también se implementará una plataforma única a nivel, donde no habrá bordillos entre la calzada y el andén, permitiendo un tránsito más fluido para peatones, personas en silla de ruedas y adultos mayores. Además, esta solución urbana busca incentivar el uso del espacio público y reducir la velocidad vehicular en zonas sensibles.
Otro de los elementos claves del proyecto es que se están siguiendo criterios de intervención patrimonial, es decir, se respetará la esencia arquitectónica del sector, se conservarán materiales característicos y se fomentará la recuperación de fachadas con valor histórico. La intención es que el barrio no pierda su carácter, sino que recupere su brillo desde una mirada contemporánea.
Una apuesta por una Cali más digna, ordenada y con memoria
Esta intervención forma parte de un plan integral de recuperación de sectores patrimoniales, que también busca impactar positivamente zonas como San Antonio, El Peñón y otras áreas tradicionales de la ciudad. La idea es que Cali avance en infraestructura, pero sin dejar atrás su historia, sus referentes populares ni sus raíces.
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Por ahora, las dos primeras cuadras del barrio Obrero ya están en obra. Y aunque aún falta mucho camino por recorrer, la ciudad comienza a ver cómo uno de sus barrios más queridos se transforma, sin perder su alma de esquina, su sabor de calle y su memoria de lucha