Cali no solo se reconoce por su salsa, su gastronomía y su alegría contagiosa, en sus 489 años de historia, también ha construido un diccionario, un lenguaje propio, lleno de picardía, ingenio y cariño. Por eso, en este nuevo aniversario, aprender a hablar “caleño” se convierte en un homenaje perfecto a la Sucursal del Cielo.
Hablar “en caleño” es una forma de sumarse a la fiesta, de entender mejor su gente y de sentirse parte de la Sucursal del Cielo. Desde turistas hasta nuevos residentes, todos quieren aprender expresiones como “calidoso” para decir que algo está chévere o “catorce” cuando se trata de pedir un favor. El lenguaje, como la salsa, se baila y se vive con el alma.
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Un diccionario para entender el corazón caleño
En esta ciudad nadie pide una bolsa, sino una “chuspa”, y si alguien está de mal genio o cansado, seguro dice que tiene una “jartera”. Cuando el calor ataca, lo mejor es “foquiar” (dormir profundamente), pero si decides salir de fiesta, prepárate para una buena “guachafita” (desorden o rumba).
El Diccionario Caleño, creado por la comunicadora Diana Cuartas, reúne más de 1.000 palabras típicas que definen la personalidad caleña. Algunas de las más usadas son:
- “Que Chimba”: Expresión de admiración sobre algo muy bueno
- “Desparchado”: Está aburrido sin nada que hacer
- “Nos pillamos”: Nos vemos luego
- “Estar asao”: Estar molesto o enojado
- “Vojabés”: Abreviatura de “Vos sabés” que significa “Tú sabes”
- “Chuspa”: Bolsa, generalmente de plástico
- “Enchusparse”: Irse a dormir, acostarse
- “Echar gafa”: Prestar atención
- “Bizcocho”: Persona atractiva
- “Vajaír”: Forma de decir “vas a ir” donde la S se vuelve J
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Diminutivos, “vej” y mucha sabrosura: así se habla en Cali
Y si de hablar como valluno se trata, no puede faltar el consejo clave: use diminutivos siempre que pueda. En vez de perro, diga “perrito”, y no se tome un guaro, ¡tómese un “guarito”! Además, cambie la “s” por una “j” suave y la “n” por una “m”. Así, “vas a comprar el pan” se transforma en “voj vaj a comprá el pam”.
Este cumpleaños 489 es la oportunidad perfecta para acercarse al alma de Cali a través de su habla y no hay mejor forma que el diccionario valluno. Porque hablar como caleño es también aprender a querer como caleño: con sabor, con alma y con mucha, pero mucha sabrosura.