Un hecho lamentable ocurrido en el INEM Jorge Isaacs de Cali ha encendido la indignación ciudadana. A un estudiante se le negó el uso del baño por no tener $100 pesos, lo que derivó en un episodio de humillación y burlas frente a sus compañeros.
El menor, al no poder pagar la tarifa exigida para ingresar al sanitario, terminó haciéndose en los pantalones. La situación, lejos de resolverse con empatía, generó burlas por parte de otros estudiantes, exponiendo al niño a una situación de violencia escolar evitable.
La práctica de cobrar por acceder a los baños ha sido confirmada por distintos testimonios y ha puesto bajo la lupa la gestión educativa en Cali. En vez de actuar con firmeza, la Secretaría de Educación señaló estar “en conversaciones con el rector”, minimizando el hecho como un posible malentendido.
Organizaciones ciudadanas y líderes locales han cuestionado la pasividad de la administración del alcalde Alejandro Eder. Señalan que este tipo de situaciones reflejan un abandono institucional y una preocupante falta de garantías para los derechos básicos de los niños en colegios públicos.
“El interés superior del menor no puede quedar supeditado a un acuerdo interno entre funcionarios”, afirman padres de familia que exigen acciones inmediatas. Para ellos, el acceso a un baño no puede convertirse en un privilegio ni en un servicio condicionado al pago.
La responsabilidad recae en la Secretaría de Educación de Cali, que es la autoridad encargada de velar por las condiciones dignas en las instituciones educativas. Sin embargo, hasta ahora no se han anunciado medidas concretas para corregir lo ocurrido ni evitar que se repita.
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La ciudadanía exige respuestas claras y soluciones de fondo. Mientras tanto, un niño ya fue vulnerado en su dignidad, y una ciudad entera se pregunta cómo es posible que en una escuela pública se cobre por necesidades tan básicas como ir al baño.