La creciente inseguridad en Cali preocupa a los usuarios del sistema de transporte masivo MIO, especialmente a quienes transitan por la terminal ubicada en el sector de Aguablanca. Ciudadanos afirman que la deficiente iluminación en el lugar deja amplias zonas a oscuras, lo que facilita el accionar de delincuentes y aumenta la sensación de vulnerabilidad. En horas de la noche, quienes deben esperar rutas o caminar por el sector sienten que la oscuridad los expone a robos y agresiones.
Vecinos y comerciantes cercanos aseguran que han reportado esta situación en repetidas ocasiones a las autoridades, pero no se han visto mejoras significativas. La falta de luz no solo dificulta la visibilidad, sino que también provoca que muchas personas eviten usar la terminal en horas críticas, obligándolos a buscar rutas más largas o costosas para llegar a sus destinos. Para la comunidad, esta carencia se ha convertido en un problema de seguridad urgente que requiere atención inmediata.
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Llamado a las autoridades
El concejal de Cali, Roberto Ortiz, encendió las alarmas sobre la creciente inseguridad que enfrentan los ciudadanos, especialmente en el sistema de transporte masivo MIO. A través de sus redes sociales, manifestó su preocupación por la falta de iluminación en varias terminales, como la de Aguablanca, señalando que esta deficiencia aumenta el riesgo de robos, agresiones y otros hechos delictivos.
Ortiz destacó que la ausencia de condiciones mínimas de seguridad, como una adecuada iluminación, vulnera el derecho de los usuarios a desplazarse de forma tranquila y segura. Además, instó a las autoridades locales y a Metrocali a implementar soluciones urgentes que garanticen la protección de quienes dependen del transporte público, particularmente en sectores con altos índices de criminalidad.
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Oscuridad favorece a la delincuencia
En la zona, los residentes coinciden en que la ausencia de iluminación crea un entorno propicio para el delito. Testigos relatan que en la terminal de Aguablanca han ocurrido robos a celulares, carteras y pertenencias de los pasajeros, especialmente cuando hay poca afluencia de personas. La oscuridad facilita que los delincuentes se oculten y actúen sin ser vistos, lo que incrementa el temor entre los usuarios.
A pesar de la presencia ocasional de patrullajes policiales, la comunidad asegura que la vigilancia no es suficiente para contrarrestar el problema. Afirman que la solución debe incluir una intervención en la infraestructura de iluminación y no depender exclusivamente de operativos temporales. Para los ciudadanos, la seguridad en el transporte público no se limita al interior de los buses, sino que también debe garantizarse en sus estaciones y terminales.