El incremento de homicidios en Cali encendió las alarmas del Gobierno Nacional. Durante el más reciente consejo de ministros, liderado por el presidente Gustavo Petro, se reveló que la capital del Valle del Cauca se ubica entre las ciudades más violentas del país. Según las cifras presentadas, en lo corrido de 2025 ya se registran 615 homicidios, lo que representa un aumento del 7% frente al año anterior, con más de 40 muertes adicionales.
El presidente expresó su preocupación por el crecimiento sostenido de este delito, que afecta no solo a Cali sino también a otras urbes del país. No obstante, la capital vallecaucana concentra parte importante de los casos, situación que llevó a ordenar un plan integral de contención y prevención.
En respuesta al panorama, las autoridades locales anunciaron el fortalecimiento del Plan de Choque, vigente desde mayo, con énfasis en zonas de alta vulnerabilidad como el oriente y la ladera. El objetivo es reducir las muertes violentas, impactar a los grupos criminales y garantizar mayor presencia de la fuerza pública.
El general Henry Yesid Bello, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, explicó que la estrategia incluye el denominado Plan Cazador, diseñado para identificar e individualizar a los sicarios, evitando que sigan delinquiendo. Para ello se emplearán allanamientos, controles itinerantes y tecnología avanzada, como el uso de drones y cámaras de videovigilancia en tiempo real. “Tenemos un incremento en el delito de homicidio en la ciudad y lo enfrentaremos con investigación, inteligencia, control y judicialización de los responsables”, puntualizó Bello.
Prevención y trabajo comunitario
El esfuerzo no se limita a la acción policial, puesto que el secretario de Seguridad de Cali, Jairo García, destacó que las acciones preventivas son clave para salvar vidas y disminuir la violencia. Según el funcionario, los homicidios en la ciudad no solo están ligados a estructuras criminales, sino también a conflictos de convivencia que terminan en hechos fatales.
En ese sentido, García recalcó la importancia de programas sociales y comunitarios, como “Jóvenes en la Buena”, enfocados en brindar oportunidades a la población vulnerable y prevenir que los jóvenes sean reclutados por bandas delincuenciales. También señaló que la administración trabaja en procesos de mediación y resolución pacífica de conflictos, para reducir las riñas que escalan hacia crímenes.
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Con más de 600 vidas perdidas en lo corrido del año, Cali enfrenta uno de los mayores desafíos de seguridad en la última década. La implementación de estrategias conjuntas entre la fuerza pública, la comunidad y el Gobierno Nacional busca frenar la espiral de violencia que azota a la capital vallecaucana.
