Desde el pasado 19 de agosto, la vida de la familia de Mayra Alejandra Escobar, de 33 años, cambió por completo. Había salido de Villagorgona, en Candelaria, con una amiga rumbo al oriente de Cali. Todo marchaba con normalidad hasta que, en el barrio Alfonso López, alguien asegura haberla visto marcharse con un hombre. Desde ese momento, ninguna pista ha llevado de regreso a su casa.
Su madre y sus seres queridos han visitado hospitales y estaciones de policía, piden que cualquier información aunque parezca insignificante les sea comunicada. “Estamos sufriendo y las autoridades no deben detener la búsqueda”, expresó desesperada Ana Doris Marín, madre de Mayra Alejandra.
La comunidad no dejó que el silencio envolviera esta historia. Recientemente, vecinos y familiares han recorrido Candelaria, encendiendo velas en velatones callejeros, aferrados a la esperanza. Mantienen la fe en que regrese con vida.
La Personería de Candelaria activó un protocolo especial de investigación. Aunque no existen pistas claras, este refuerzo institucional busca desesperadamente algún indicio que conduzca a su ubicación.
Llamadas falsas tras desaparición de Maira Escobar
Todo se complico un poco más cuando llegaron las llamadas. Mientras la familia aguarda noticias, comienzan a recibir mensajes extorsivos con supuestas “pistas” del paradero de Mayra. Según han señalado, es toda una tortura emocional, una esperanza que llega solo por unos segundos y se convierte en cruel engaño al descubrir que, muchas veces, provienen desde cárceles.
La hermana de Mayra, Ingrid Escobar, describió el sufrimiento cotidiano, noches en vela, comidas que no apetecen, el peso de no saber nada de ella. “A veces si almorzamos, no cenamos, porque no nos da ganas… tampoco dormimos bien por estar pendientes de los teléfonos”, manifestó.
Pedazos de esperanza y desesperación
En medio del dolor, la solidaridad ha sido el sostén. Vecinos les han donado gasolina y colaboración logística para moverse entre Candelaria y Cali, facilitando diligencias y gestiones que, de otro modo, serían imposibles.
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Además, Ingrid con voz hizo un llamado: “Las personas que la tienen que se pongan la mano en el corazón y dejen que vuelva a la casa con sus hijas”. La comunidad espera que Mayra no sea una desaparecida más, es madre, hija y hermana. Su historia ha estremecido al Valle del Cuaca, pues ya seria casi dos semana desde su desaparición.