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Más de la mitad de los trabajadores en Colombia son informales: en Cali la cifra llega al 46.1%

En el país, la informalidad laboral afecta especialmente a microempresas y trabajadores en zonas rurales.

Durante este 2025, la informalidad laboral en Colombia continúa siendo uno de los principales retos sociales y económicos. Aunque las cifras más recientes reflejan una ligera reducción, todavía más de la mitad de los trabajadores en el país dependen del rebusque o de empleos sin garantías.

Según un reciente informe de la DIAN, uno de los aspectos más evidentes es la desigualdad entre hombres y mujeres. En el total nacional, los hombres alcanzan una participación laboral del 58.4%, mientras que en las mujeres la cifra es del 41.6%. Esto deja una brecha de 24.1 puntos porcentuales que limita las oportunidades femeninas en el mercado formal.

En áreas urbanas, la informalidad afecta al 42.9% de los hombres y al 40.9% de las mujeres, lo que sugiere que, aunque la proporción sea cercana, las mujeres siguen siendo quienes enfrentan mayores obstáculos. Muchas de ellas se concentran en labores de cuidado, oficios del hogar o limpieza, actividades que pocas veces garantizan prestaciones sociales.

Empresas pequeñas, el epicentro de la informalidad

El tamaño de la empresa también marca diferencias profundas. El 84.6% de quienes laboran en microempresas lo hacen de forma informal, mientras que en las pequeñas la cifra llega al 19.9%. En contraste, solo un 2.3% de los trabajadores de grandes compañías están en esa condición.

Este panorama deja claro que los negocios de subsistencia y pequeña escala siguen siendo en los que más se presenta esta problemática, a pesar de que representan una parte significativa del tejido productivo del país.

Realidad rural frente a lo urbano

Sin embargo, este escenario se hace aún más complejo en el campo. Mientras en las ciudades la tasa de informalidad ronda el 42%, en las zonas rurales llega al 83% de la población ocupada. En otras palabras, ocho de cada diez trabajadores en estas regiones no cuentan con seguridad social ni estabilidad laboral.

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Esta diferencia entre lo urbano y lo rural evidencia una deuda histórica en el acceso a oportunidades y protección social para quienes viven fuera de las grandes urbes.

La situación en Cali

En el caso de Cali y su área metropolitana, la realidad no es ajena a la tendencia nacional. Según el programa “Cali Cómo Vamos”, el 46.1% de la población ocupada en la ciudad se encuentra en condición de informalidad. Aunque este porcentaje es menor que el promedio nacional (55%), está por encima de las 13 principales áreas metropolitanas del país, donde el promedio se ubicó en 42%.

Esto significa que casi la mitad de los caleños que trabajan lo hacen sin un contrato formal, lo que representa un reto para la economía local y la calidad de vida de miles de familias.