...

Nuevos grafitis en la Biblioteca Departamental de Cali en menos de una semana

“Si va a escribir, escriba un libro”: contundente mensaje del director de la Biblioteca Departamental a quienes la vandalizan.

La Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero, símbolo cultural del Valle del Cauca, volvió a ser blanco de actos vandálicos. En las últimas horas, varias de sus paredes amanecieron nuevamente, en menos de una semana, cubiertas con grafitis, algunos con mensajes políticos, que dañaron la fachada del recinto. Este centro cultural, reconocido por su aporte a la educación y la lectura, enfrenta una problemática que se repite con frecuencia.

Fernando Tamayo, director de la institución, expresó su inconformidad por la situación. Señaló que, en lugar de invertir los recursos en arte, teatro y programas pedagógicos, la administración debe destinarlos a limpiar lo que desconocidos destruyen. “Hoy nuevamente estamos limpiando lo que los vándalos dañan, con el poco recurso que tenemos”, manifestó con molestia.

Le puede interesar: Caos en Cali: semáforos apagados ponen en riesgo la movilidad en Pasoancho con 56

Recursos desviados y cultura afectada

La Biblioteca Departamental no solo sufre por el deterioro físico. Cada acto vandálico implica redirigir fondos que estaban planeados para iniciativas culturales. Programas de títeres, actividades teatrales y talleres artísticos se ven limitados por el gasto en reparaciones. Según Tamayo, estas conductas evidencian una falta de respeto por el valor cultural y social del espacio.

El director también envió un mensaje contundente a quienes realizan estas acciones. “Amigo vándalo, si va a rayar, raye su casa; y si va a escribir, escriba un libro, que nosotros le ayudamos en eso”, declaró. Con este llamado, buscó despertar conciencia y recordar que la biblioteca es un espacio de puertas abiertas para toda la comunidad.

Lea también: Basureros a cielo abierto afectan barrios en Cali

Un llamado a la conciencia ciudadana

Aunque la edificación cuenta con cámaras de seguridad y personal de vigilancia, los grafitis se han vuelto recurrentes, especialmente en el marco de marchas y movilizaciones sociales. Para Tamayo, estos hechos reflejan una preocupante falta de arraigo y de sentido de pertenencia frente a los bienes comunes de la ciudad.

El director resaltó que la biblioteca no es solo un edificio, sino un espacio vivo donde confluyen lectura, artes escénicas y programas de formación cultural. “Este daño no es contra las paredes, es contra los ciudadanos que encuentran aquí un lugar de aprendizaje y crecimiento”, puntualizó. El llamado es a valorar el patrimonio cultural, protegerlo y entender que su cuidado beneficia a toda la sociedad.