Lo que antes fue un punto crítico de residuos y abandono en el oriente de Cali hoy se levanta como un referente de cambio. Bajo la administración del alcalde Alejandro Eder, la Alcaldía de Santiago de Cali, a través de la Subsecretaría de Territorios de Inclusión y Oportunidades (TIO), culminó la intervención integral de Charco Azul, un espacio que ahora florece entre arte, biodiversidad y participación ciudadana.
El proyecto abarcó 350 metros cuadrados del sector y fue posible gracias al trabajo articulado entre instituciones y comunidad. La iniciativa combinó limpieza, restauración ambiental y arte urbano, demostrando que la recuperación de los espacios públicos puede transformar no solo el entorno físico, sino también la percepción y el sentido de pertenencia de quienes lo habitan.

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El arte como motor de cambio social
El mural “Charco Azul de colores biodiversos” se convirtió en el corazón del proyecto. Con el apoyo de la Fundación Pintuco, artistas locales y voluntarios de la comunidad plasmaron una obra colectiva que representa la vida, la unión y la diversidad del territorio. Más que una intervención estética, el mural funciona como una herramienta pedagógica que invita a cuidar el entorno y a reconocer el poder del arte en la reconstrucción social.
“Este tipo de acciones nos recuerdan que el arte puede ser el punto de partida para transformar realidades”, afirmó Martha Cala Hernández, subsecretaria de TIO, quien resaltó el compromiso de los vecinos en todo el proceso. Cada trazo del mural refleja la colaboración de la comunidad, fortaleciendo el sentido de identidad y la conciencia ambiental entre sus habitantes.

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Renacer verde: biodiversidad y sostenibilidad en Charco Azul
El componente ambiental fue clave en la resignificación del espacio. Con el liderazgo del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma), se llevó a cabo la siembra de árboles nativos y la creación de jardines polinizadores que hoy atraen abejas, mariposas y aves. Estas acciones no solo mejoran la calidad del aire, sino que también promueven la recuperación de la biodiversidad local y el equilibrio ecológico del sector.
La intervención, que combina naturaleza y urbanismo, representa una apuesta por la sostenibilidad urbana. Charco Azul se convierte así en un modelo de cómo la planificación ambiental puede integrarse al desarrollo comunitario, fortaleciendo la relación entre los ciudadanos y su entorno. Cali suma un nuevo espacio verde que inspira esperanza y conciencia ecológica.
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Orgullo comunitario y compromiso ciudadano
Los habitantes del sector reconocen el impacto positivo del proyecto en su calidad de vida. “Antes este lugar era un basurero, ahora se respira otro aire”, comentó Doris Tello, vecina del barrio, quien celebró la limpieza del entorno. Por su parte, Jorge Andrés Angulo invitó a la unión: “La comunidad debe seguir apropiándose de los espacios, la unión hace la fuerza”.
La transformación de Charco Azul demuestra que cuando las instituciones y la ciudadanía trabajan de la mano, los resultados son palpables. Desde la Alcaldía se reafirma el compromiso con la recuperación del tejido social y la resignificación urbana de los territorios.