El Corredor Ambiental Cristo Rey se ha convertido en un punto de encuentro entre la comunidad y la naturaleza, donde personas con discapacidad visual descubren la ciudad desde otra perspectiva. Este viernes 21 de noviembre, un grupo de 15 caleños del colectivo Turismo Accesible, junto con guardaparques del Dagma, vivieron una experiencia que combina caminata, avistamiento de aves y exploración sensorial.
Durante el recorrido, los participantes no solo caminaron, sino que conectaron con el entorno a través del tacto, los aromas y los sonidos de la biodiversidad. Flores, hojas y cortezas se convirtieron en herramientas para percibir el ecosistema. Los cantos de aves, muchas de ellas endémicas de Cali, guiaron la experiencia, recordando que la naturaleza puede disfrutarse más allá de la vista.
Juan David Soto, coordinador de Turismo Accesible, destacó la importancia de que los espacios ambientales sean realmente accesibles. “Es un esfuerzo que va más allá de los senderos. Se trata de abrir la ciudad a todos, sin barreras, y permitir que cada persona conecte con la vida natural de Cali”, expresó.

Camilo Espinosa, del Grupo de Fauna Silvestre del Dagma, explicó que estas jornadas desarrollan habilidades de escucha que transforman la manera de percibir la biodiversidad. “Con los ojos percibimos una parte pequeña. Con los oídos podemos reconocer muchas más especies y acercarnos al ecosistema de manera más profunda”, afirmó.
Espacios ambientales abiertos para todos
El Dagma ofrece recorridos, talleres de educación ambiental y jornadas de siembra que permiten vivir la ciudad desde otra mirada. Aunque las actividades se intensifican durante la temporada de fin de año, los espacios están disponibles permanentemente para caleños y visitantes.

Ecoparques como el Lago de las Garzas, la Biodiversidad y el Proyecto Integral Cristo Rey ofrecen experiencias que combinan aprendizaje y disfrute del entorno natural.
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Cali, reconocida por la ONU como una de las “Ciudades Árbol” del planeta y considerada la Capital Mundial de la Biodiversidad, alberga 604 especies de aves y 778 de fauna.
La ciudad invita a sus habitantes y turistas a recorrer sus parques y corredores ambientales de manera responsable, aprovechando cada sensación que ofrece la naturaleza.
Estas actividades buscan que la comunidad descubra la biodiversidad de Cali de manera cercana, humana y accesible. Son un recordatorio de que la ciudad puede sentirse, escucharse y tocarse, transformando cualquier paseo en una experiencia única que conecta personas y ecosistemas.