En Cali, los árboles ya no se evalúan solo a simple vista. Hoy, sin necesidad de talarlos, las autoridades pueden saber qué ocurre en su interior y bajo tierra, incluso cuando desde afuera parecen sanos.
Esto es posible gracias a nuevas herramientas técnicas que permiten detectar daños internos, enfermedades y riesgos en el arbolado urbano. Con estos diagnósticos, se toman decisiones más precisas para proteger a la comunidad y la infraestructura de la ciudad.
El DAGMA incorporó equipos especializados que analizan el estado de los troncos y las raíces. La tecnología permite identificar problemas que antes solo se descubrían cuando ya había una emergencia.
Uno de los equipos utilizados es la tomografía forestal. Este sistema analiza el interior del tronco mediante sensores que miden el paso de ondas acústicas. Cuando la madera está sana, la señal fluye con normalidad. Si hay pudrición o cavidades, el comportamiento cambia.
Con esta información, los técnicos pueden saber si un árbol representa un riesgo, incluso si externamente luce estable. La evaluación ya no depende solo de la apariencia.
A esta herramienta se suma un escáner de raíces que permite analizar lo que ocurre bajo el suelo. El equipo identifica la profundidad, distribución y densidad de las raíces, clave para determinar si pueden afectar viviendas, andenes o vías.
Decisiones basadas en datos
Los diagnósticos técnicos permiten definir el manejo adecuado de cada árbol. En muchos casos, el resultado no es la tala, sino el tratamiento y la conservación.
Según el DAGMA, con esta información se prioriza la seguridad de las personas y se evita intervenir árboles sin justificación técnica. El enfoque busca prevenir emergencias antes de que ocurran.

Durante este año, cerca de 150 árboles han sido evaluados en distintos sectores de Cali. Cada caso se analiza de manera individual, con base en los resultados obtenidos.
Menos improvisación, más prevención
Cuando el diagnóstico lo permite, se aplican tratamientos como la endoterapia, una técnica que suministra nutrientes o medicamentos directamente al sistema del árbol. También se realizan podas sanitarias para mejorar su estabilidad.
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Este tipo de tecnología ya se usa en otras ciudades del país y marca un cambio en la forma de gestionar el arbolado urbano. La evaluación visual, aunque sigue siendo útil, ahora se complementa con datos técnicos.