El alcalde de Cali, Alejandro Eder, envió un mensaje de firmeza y tranquilidad a la ciudadanía respecto a la realización de la Feria de Cali, confirmando que el evento insignia de la ciudad sigue en pie pese a los recientes hechos de alteración del orden público.
Para garantizar la seguridad de propios y turistas, el mandatario anunció la llegada de un robusto contingente de fuerza pública. Un total de 1.100 policías adicionales reforzarán la vigilancia durante las festividades de fin de año, de los cuales los primeros 150 uniformados ya se encuentran en la capital vallecaucana adelantando operativos preventivos.
Contención en un entorno regional convulsionado
El alcalde fue enfático al explicar que, aunque Cali se mantiene como un territorio bajo control, no se puede ignorar la delicada situación que atraviesa el entorno rural del país y, específicamente, el suroccidente colombiano.
Eder hizo referencia al grave ataque armado que sufrió el municipio de Buenos Aires, Cauca, el cual se extendió por 17 horas y ocurrió a escasos 45 minutos del sur de Cali. Ante esta proximidad, el mandatario destacó:
- Estrategia de contención: Cali está funcionando como un muro de contención ante una situación regional “muy compleja”.
- Realidad geográfica: la administración reconoce que la convulsión en el norte del Cauca y las zonas rurales vecinas genera una presión directa sobre la seguridad del distrito.
Llamado urgente al Gobierno Nacional
Con un tono crítico y directo, Alejandro Eder deslindó sus responsabilidades territoriales para exigir una respuesta contundente por parte del Estado. “Yo no soy el alcalde del norte del Cauca, ni de Jamundí, ni el alcalde de Buenos Aires”, puntualizó, subrayando que su prioridad es Cali, pero que la solución estructural depende de la Casa de Nariño.
“Le hemos solicitado de manera reiterada al Gobierno Nacional que priorice la seguridad del suroccidente. Es fundamental entender que lo que ocurre en las regiones vecinas afecta directamente la tranquilidad de nuestra ciudad”, manifestó el alcalde.
La apuesta de la Alcaldía es blindar el desarrollo de la Feria de Cali mediante una articulación entre el refuerzo policial y la inteligencia militar, asegurando que la fiesta más importante de los caleños no se vea empañada por la crisis de seguridad que enfrentan los departamentos vecinos.
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