La Gobernación del Valle del Cauca mantiene una estrategia activa para frenar el contrabando de licores y cigarrillos, un fenómeno que no solo afecta las finanzas públicas, sino que pone en riesgo directo la salud de los vallecaucanos. Parte fundamental de esta labor consiste en la destrucción controlada del material ilegal que incauta el Grupo Operativo Anticontrabando en distintos municipios del departamento.
Este procedimiento busca impedir que productos adulterados o de origen ilegal regresen al mercado. Según las autoridades departamentales, bebidas alcohólicas y cigarrillos sin control sanitario representan un riesgo elevado para los consumidores, debido a la posible presencia de sustancias tóxicas, mezclas no reguladas o procesos de fabricación clandestinos.
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Un proceso técnico con control ambiental y trazabilidad
La Unidad de Rentas del Valle del Cauca coordina la destrucción de los productos aprehendidos a través de una empresa especializada que cumple con los estándares ambientales exigidos por la normativa vigente. La gerente de la entidad, Martha Isabel Ramírez, destacó que el proceso se ejecuta bajo estrictos protocolos para garantizar una disposición segura y responsable.
Una vez la Gobernación entrega los licores y cigarrillos incautados, la empresa encargada los traslada a su planta, donde inicia la fase de destrucción. Cada botella se vacía en tanques especiales y luego se fragmenta de manera controlada, mientras que los residuos sólidos se almacenan para su posterior gestión por operadores autorizados.
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Seguridad laboral y vigilancia institucional permanente
Durante la destrucción del material, el personal utiliza equipos de protección individual como gafas, botas, máscaras y delantales, reduciendo cualquier riesgo asociado al manejo de sustancias químicas o vidrios. Este componente resulta clave para garantizar condiciones laborales seguras y prevenir incidentes durante el procedimiento.
Además, el proceso cuenta con la supervisión de entes de control como la Contraloría Departamental y la Oficina de Control Interno, que verifican la correcta ejecución y certifican que los productos no vuelvan a circular. Esta vigilancia fortalece la transparencia institucional y refuerza la confianza ciudadana en las acciones contra el contrabando.
Disposición final y compromiso con la salud pública
Tras la trituración, los líquidos se filtran y almacenan para ser entregados a gestores especializados, mientras que los residuos de cigarrillos pasan por procesos de separación y posterior incineración. Todo el procedimiento se realiza bajo prácticas ambientalmente responsables, evitando impactos negativos en el entorno.
La más reciente jornada permitió la destrucción de más de 19 toneladas de licores y cigarrillos ilegales, una acción que ratifica el compromiso del gobierno departamental con la protección de la salud pública y la lucha frontal contra la ilegalidad. Estas acciones consolidan una política sostenida para cerrar el paso a productos que amenazan la vida de los consumidores.