El presidente Petro agregó que su “Gobierno no compra congresistas” y dijo que corrupción en UNGRD es “estructural”.
En la noche del jueves, 23 de mayo, el presidente Gustavo Petro se manifestó, por medio de su cuenta de X (antes Twitter), sobre el caso de presunta corrupción de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).
En primer lugar, antes de referirse al caso en el que se ha visto involucrada la entidad, el mandatario destacó su participación al anunciar cómo se realizaban los “llamados cupos secretos de contratación para congresistas” en el Departamento de la Prosperidad Social (DPS) y caminos vecinales durante el gobierno de Pastrana, acciones que aseguró no permitiría en su administración.
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Asimismo, afirmó que los miembros de su gabinete y las personas que trabajan en entidades públicas recibieron instrucciones de aceptar a los congresistas según sus funciones constitucionales, pero no debían “aceptar de nadie un solo hecho de corrupción”. Petro insistió: “Mi gobierno no compra congresistas”.
En cuanto al presunto caso de corrupción en la UNGRD, Gustavo Petro mencionó que estos hechos han sido liderados por “un cartel de congresistas, políticos y administradores de la entidad” desde hace varios años. Estas acciones continuaron en su gobierno por parte de Olmedo López, exdirector de la UNGRD.
“El ‘modus operandi’ de la corrupción en la UNGRD fue continuado, lamentablemente, en mi gobierno, por el director Olmedo”, declaró el presidente Petro, asegurando que todo comenzó por su decisión de nombrar a López como director de la UNGRD.
Petro enfatizó que Olmedo López “jamás podrá afirmar que recibió orden mía de comprar congresistas o hacer algún acto de corrupción”, y le exigió devolver todo el dinero público “hurtado en la UNGRD”.
El presidente también aseguró que, cuando tuvo en sus manos las evidencias del caso de corrupción en la entidad, suspendió los contratos firmados por Olmedo y Sneyder Augusto Pinilla Álvarez.
Finalmente, Petro aclaró que la carta denunciando a Pinilla llegó al Palacio de Nariño, pero nunca llegó a sus manos porque “la funcionaria de correspondencia, lamentablemente, le dio respuesta rutinaria sin trasladar la carta”.
