La periodista colombiana Vicky Dávila ha acaparado la atención de los medios de comunicación y el público por su reciente confrontación con Diosdado Cabello, uno de los máximos representantes del régimen venezolano. Dávila, respondió a los ataques del dirigente chavista, quien la acusó de supuestos vínculos con el narcotráfico.
La periodista, conocida por su postura crítica y directa, se ha dirigido a Diosdado Cabello con un lenguaje que da a entender la gravedad que afecta a la realidad de Venezuela y su vinculación directa o no con Colombia. En uno de los trinos, Dávila afirmó su compromiso con que Colombia no siga el mismo camino de Venezuela, un país que, según ella, se encuentra en una profunda crisis política.
“Estamos a tiempo. Hay que ser prácticos. Empecemos por el NO al fast track y el NO a la constituyente de Petro. Pondremos en evidencia, denunciaremos a todos los congresistas corruptos que se vendan para que aquí se instale la tiranía”, expresó la reconocida periodista.
Diosdado Cabello, quien tiene orden captura por narcotráfico en Estados Unidos, al leer los trinos de Vicky, le hizo falsos señalamientos: “Vicky, esta es la colombiana, vinculada al narco”. Luego, tachó y rayó con rabia el trino de Dávila que tenía impreso en un papel y en un tablero. “El mundo está sin freno”, exclamó el hombre.
“Usted terminará preso pagando por todos sus crímenes“
Al instante, Vicky le recordó a Cabello que él tiene una orden de captura de Estados Unidos por crímenes de narcotráfico.
Este debate entre las dos figuras, ha generado un sin fin de reacciones en las redes sociales, donde los seguidores y detractores de ambas posturas han mostrado su opinión con intensidad. Por un lado, se han mostrado partidarios de Vicky Dávila por su actitud valiente y por su defensa de la libertad de prensa y de la democracia, mientras que por otro lado, hay quienes defienden a Cabello, viéndolo como un líder que lucha contra lo que perciben como campañas de desinformación y ataques injustificados.
Lea también: Gobierno de Eder firma polémico contrato por $7.625 millones con empresa de Bogotá