Hoy, la capital colombiana vive una jornada caótica debido a los bloqueos organizados por transportadores en protesta por el aumento del precio del ACPM (Aceite Combustible para Motores). La manifestación, que ya lleva dos días consecutivos, ha generado graves afectaciones en la movilidad de varias vías principales de Bogotá, incluyendo la Calle 80 y la Vía a La Calera, que actualmente están colapsadas.
En este sentido, más de 500 vehículos generaron bloqueos en múltiples puntos estratégicos, creando una crisis de movilidad que afecta significativamente a los residentes. La Calle 80, una de las arterias principales de ingreso y salida de Bogotá, está completamente bloqueada por los manifestantes. La situación ha llevado a un colapso del tráfico vehicular, afectando a miles de personas que buscan movilizarse hacia sus lugares de trabajo y otros destinos. Los bloqueos han provocado largas filas de vehículos y retrasos significativos en el transporte público y privado, generando un caos sin precedentes en esta zona de la ciudad.
De igual manera, la Vía a La Calera, otro corredor vital que conecta Bogotá con los municipios aledaños, también se encuentra bloqueada. Los manifestantes han instalado barricadas con vehículos de carga y otros objetos para impedir el paso, lo que ha generado una gran congestión y ha dejado a muchos viajeros varados en la vía. Se reportan grandes dificultades para transitar, lo que ha provocado la molestia de cientos de personas que dependen de esta ruta.
Además de estos, los principales puntos de bloqueo identificados son:
- Portal Suba, en la intersección de Av. Ciudad de Cali con Av. Suba.
- Av. Boyacá con carrera 16D.
- Carrera Séptima con calle 171.
- Vía al Llano, Km 0.
- Colmotores, ubicado en la Av. Boyacá con Cr. 36C.
- Vía La Calera, Km 4 + 500.
- Av. Circunvalar con Cl. 52.
- Autopista Medellín, Km 1.
- Av. Boyacá con Cl. 78.
- Autonorte con Cl. 200.
- Cl. 44 sur con Cr. 81G.
Por otro lado, esta crisis de movilidad también ha afectado en gran medida el funcionamiento de Transmilenio, perjudicando a alrededor de 500,000 usuarios que están enfrentando demoras y problemas para movilizarse. Además, la situación ha complicado la recolección de residuos, pues aproximadamente 80 camiones de basura no han logrado llegar al relleno sanitario de Doña Juana.
En las redes sociales de la empresa se informó que: “Rutas afectadas: 24 alimentadoras, 13 troncales y 180 zonales; paraderos afectados: 950; daños físicos acumulados: 11 buses zonales, 1 troncal y 1 alimentador pinchados; usuarios afectados: más de 550.000; retrasos en las rutas zonales (Promedio): 120 minutos; zonas afectadas: Usme, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe, Usaquén, Chapinero, Engativá y Suba”.
La educación también enfrenta una crisis por la situación
Además, en el sector educativo, se decidió cerrar las instituciones distritales en la tarde y noche para proteger la seguridad de estudiantes y personal. Se están tomando acciones para reducir las interrupciones en la entrega del Programa de Alimentación Escolar (PAE), con el fin de garantizar que los estudiantes continúen recibiendo el apoyo alimentario necesario.
Mientras tanto, la Secretaría de Educación de Bogotá comunicó que la mayoría de las instituciones públicas de la ciudad continuarán con clases presenciales. Por otro lado, varios de los colegios privados más reconocidos, especialmente aquellos situados en Chía y Cajicá, decidieron dar el día libre a sus estudiantes.
Algunas de las instituciones que cesaron actividades por el paro de transportadores de carga pesada son: Colegio Andino, Colegio Cumbres, Gimnasio Británico, Aspaen Navíos y colegio Campo Alegre. Asimismo, otros centro educativos como San Diego Campestre, Caobos, y Cerezos dispusieron de plataformas digitales para dar clases de forma virtual.
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Ante la situación, diferentes voces de la sociedad civil han hecho un llamado tanto al Gobierno como a los transportadores para que busquen una solución a través del diálogo. Los ciudadanos, transportadores y otros gremios han insistido en que es necesario llegar a un acuerdo que permita poner fin a los bloqueos y restablecer la normalidad en la ciudad. La crisis de movilidad ha evidenciado la necesidad de encontrar un equilibrio entre las políticas de precios del combustible y la sostenibilidad de los sectores económicos que dependen de él.
