Colombia se ha convertido nuevamente en el país más peligroso del mundo para los defensores del medio ambiente. Un informe reciente ha revelado que, durante el año 2023, se registró el mayor número de asesinatos de líderes ambientales en la historia reciente del país. Marcando un triste récord a nivel global. Esta situación no solo pone en riesgo la vida de quienes protegen la biodiversidad y los territorios naturales, sino que también destaca la fragilidad del Estado para garantizar la seguridad de estas personas.
De acuerdo con el informe de Global Witness, Colombia encabeza la lista de países con el mayor número de homicidios de defensores ambientales por segundo año consecutivo. Las cifras son alarmantes: en solo un año se contabilizaron 79 asesinatos de líderes que luchaban por la protección de los ecosistemas. Una cifra que ha superado cualquier registro anterior. Este dato posiciona al país como el lugar más mortífero para quienes se dedican a la defensa ambiental, superando a naciones como Brasil, Filipinas y México.
Entre 2012 y 2023, los informes indican que asesinaron a 2.106 defensores de la tierra en todo el mundo. Colombia acumuló el 21% de esos homicidios, con un total de 461. Esto ha llevado al país a ocupar cinco veces el primer puesto entre los países con más asesinatos de defensa
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Departamentos perpetrados por el conflicto armado son los principales epicentros de estos asesinatos
Los asesinatos, en su mayoría, ocurren en regiones marcadas por la presencia de actores armados ilegales, conflictos por la tierra y la explotación de recursos naturales. Cauca, Nariño y Putumayo han sufrido la mayor violencia, zonas donde convergen múltiples intereses económicos ligados a la minería, la agroindustria y la deforestación ilegal.
“Aunque el gobierno del presidente Gustavo Petro se ha comprometido a reducir la violencia, esto no se ha traducido todavía en una disminución de las represalias contra algunos de los activistas y comunidades más vulnerables del país. Por el contrario, la violencia contra los defensores de los derechos humanos y los líderes sociales parece ir en aumento, y la organización colombiana Programa Somos Defensores no informa de ninguna mejora significativa en las tendencias generales. El gobierno colombiano tiene una oportunidad histórica para abordar estos retos como anfitrión de la COP16 del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), que se celebrará en octubre de 2024”, señala el informe.
Las víctimas de estos crímenes son principalmente líderes indígenas, campesinos y afrocolombianos, cuyas comunidades dependen de los territorios que defienden.
Global Witness también subraya la impunidad que rodea estos casos. De los asesinatos documentados, pocos han sido investigados. En la mayoría de los casos, los responsables siguen libres, lo que perpetúa el ciclo de violencia. La falta de justicia no solo vulnera a las víctimas, sino que también desalienta a otros líderes a continuar con su trabajo.
En medio de este panorama desolador, organizaciones sociales y ambientales han redoblado sus esfuerzos para visibilizar esta problemática. Exigiendo que el gobierno colombiano implemente políticas más efectivas y proteja de manera real a los líderes ambientales. Los asesinatos en el país no solo tienen un impacto devastador a nivel humano, sino que también representan una amenaza directa a la conservación de uno de los territorios más biodiversos del mundo.