El presidente Gustavo Petro defendió su reforma laboral en medio de críticas y disparó contra senadores, diciendo que ellos están más cerca del narcotráfico que de los campesinos.
En una contundente defensa de su reforma laboral, el presidente Gustavo Petro arremetió contra el Congreso, acusando a algunos senadores de “abrazarse con narcos” en lugar de hacerlo con el pueblo. Durante un evento en Magdalena, Petro enfatizó la necesidad de aprovechar la tierra fértil del país para la producción de alimentos, advirtiendo sobre la situación de los campesinos, quienes a menudo son tratados como “peones con hambre” y condenados a vivir en la precariedad. “Los políticos deben unirse al campesinado, no a los criminales”, afirmó, refiriéndose a los vínculos de algunos legisladores con el narcotráfico.
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Sin embargo, su proyecto ha suscitado un amplio rechazo. La representante a la Cámara Katherine Miranda, de la Alianza Verde, cuestionó la reforma, advirtiendo que podría resultar en la pérdida de 500.000 empleos, según datos del Banco de la República. “Es la primera reforma laboral que he visto que no crea empleo, sino que aumenta el desempleo”, resaltó Miranda, destacando un aumento en la tasa de desempleo en el país.
Miranda también hizo hincapié en la falta de consulta tripartita en el proceso de la reforma, afirmando que el gobierno no ha respetado los procedimientos establecidos por la Constitución y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En respuesta, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, defendió el proyecto, aclarando que la Mesa de Concertación no reemplaza al Congreso y que el diálogo social ha sido fortalecido.
Con la reforma en el centro del debate y con un contexto de creciente tensión, Petro se enfrenta a un desafío significativo en su intento por transformar el panorama laboral del país mientras busca reconciliar las demandas de los campesinos con las realidades políticas en el Congreso.