Colombia ha decidido integrarse a la ambiciosa iniciativa china de La Franja y la Ruta, anunciada por el viceministro de Relaciones Exteriores, Jorge Rojas, un movimiento que podría redefinir la geopolítica y la infraestructura del país sudamericano.
En un anuncio sorpresivo, el viceministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Jorge Rojas, confirmó que el país se sumará a la iniciativa de La Franja y la Ruta, conocida como la Nueva Ruta de la Seda. Con esta mega iniciativa china busca fortalecer la conectividad global mediante inversiones masivas en infraestructura. Rojas, estrecho colaborador del presidente Gustavo Petro, hizo el anuncio durante la celebración del 75 aniversario de la República Popular China, destacando la importancia de establecer prioridades y necesidades comunes entre ambas naciones.
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El embajador chino en Colombia, Zhu Jingyang, expresó su gratitud por la decisión, asegurando que Pekín está listo para acelerar las negociaciones, respetando siempre las prioridades colombianas. Este movimiento ha sido interpretado como un cambio significativo en la política exterior colombiana, que ha estado históricamente alineada con Estados Unidos. En la última década, la influencia china en América Latina ha crecido considerablemente, con más de 20 países de la región ya adheridos a la iniciativa.
La decisión de Colombia de integrarse a este plan estratégico responde a un contexto de creciente competencia entre potencias globales. Según Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, este paso representa un intento del gobierno de Petro por diversificar sus alianzas geoestratégicas, alejándose de la dependencia de Estados Unidos. La administración actual busca equilibrar sus relaciones, en un momento en que la política exterior estadounidense muestra una postura cada vez más crítica hacia China.
China, el segundo socio comercial más importante de Colombia
Las inversiones chinas han proliferado en Colombia, triplicándose entre 2021 y 2022. Entre los proyectos más destacados se encuentra la primera línea del metro de Bogotá, adjudicada a un consorcio chino. Sin embargo, el presidente Petro ha manifestado su deseo de realizar modificaciones en el diseño del proyecto, lo que ha generado tensiones con las autoridades locales.
China se ha consolidado como el segundo socio comercial más importante de Colombia, con intereses en diversos sectores, incluyendo infraestructura y tecnología. Las relaciones bilaterales han sido promovidas por los últimos presidentes, quienes han buscado fortalecer la colaboración con el gigante asiático, a pesar de los desafíos que esta alineación pueda conllevar en el contexto de la política internacional.
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Con esta decisión, Colombia no solo busca impulsar su desarrollo económico a través de inversiones en infraestructura, sino que también se posiciona como un actor relevante en la geopolítica global, enfrentando el desafío de equilibrar su relación con Estados Unidos y su nueva asociación con China.
