En la posesión de Elizabeth Becerra como magistrada del Consejo de Estado, el presidente Gustavo Petro aseguró que su intención es profundizar y hacer efectiva la Constitución de 1991. Criticando la gobernanza paramilitar que ha marcado la historia del país desde su promulgación.
Durante la ceremonia de posesión de la magistrada Elizabeth Becerra en la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro abordó las acusaciones de que su gobierno pretende cambiar la Constitución de 1991. “Se me acusa de que yo quiero cambiar la Constitución del 91, y lo que quiero es profundizarla y volverla real”, enfatizó. Recordando que este texto constitucional fue concebido para establecer un Estado Social de Derecho y una democracia participativa.
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Petro recordó que, a pesar de la promulgación de la Constitución, Colombia ha enfrentado décadas de violencia y gobernanza paramilitar, lo que ha impedido la implementación efectiva de sus principios. “Toda la década de los 90 fue de la peor gobernanza paramilitar en el país”, indicó, refiriéndose a cómo las instituciones no respetaron la Carta Magna y se perpetuó un clima de terror.
El mandatario también criticó lo que llamó una “contra Constitución real” que ha operado en gran parte del territorio colombiano, caracterizada por una alianza entre el poder político y el narcotráfico. Este fenómeno ha despojado a los ciudadanos de los derechos consagrados en la Constitución y ha perpetuado la desigualdad social. Además, según él, coloca a Colombia entre los países más desiguales del mundo.
El mandatario también reflexionó sobre los falsos positivos
Durante su discurso, Petro reflexionó sobre los crímenes de lesa humanidad, como el caso de los 6.402 jóvenes asesinados en los “falsos positivos”. Cuestionando cómo tales atrocidades pudieron ocurrir en un país que cuenta con una Constitución diseñada para proteger los derechos humanos. “¿Qué clase de justicia es esa?”, se preguntó, apelando a la memoria colectiva para no olvidar las injusticias del pasado.
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El presidente cerró su intervención resaltando la necesidad de fortalecer las instituciones. Esto para garantizar que los principios constitucionales se materialicen en la vida diaria de los colombianos, especialmente para los más vulnerables. Su llamado se centró en hacer de la Constitución no solo un documento, sino una realidad tangible que beneficie a todos los ciudadanos.
