La cárcel La Tramacúa, ubicada en Valledupar, es un centro penitenciario que ha ganado notoriedad por albergar a algunos de los criminales más peligrosos y temidos de Colombia. Desde su apertura en abril de 2000, este penal se ha convertido en el destino de delincuentes que han conmocionado a la sociedad con sus atroces crímenes. Entre sus muros, se encuentran asesinos en serie, feminicidas, y criminales que han cometido graves delitos, particularmente contra niños.
Uno de los que fueron trasladados a este centro es Luis Alfredo Garavito, conocido como el mayor asesino en serie de niños en Colombia. A pesar de haber sido condenado a 40 años de prisión, Garavito falleció en octubre de 2023 debido a un cáncer de ojo. Dejó tras de sí una estela de dolor y sufrimiento en las familias de sus víctimas.
Otro nombre que causa escalofríos es el de Brayan Campo, quien fue condenado por el brutal feminicidio de Sofía Delgado Zúñiga. Una menor de 12 años que fue cruelmente asesinada en Candelaria, Valle del Cauca, el 29 de septiembre de 2024. Este es uno de los casos más recientes que logró conmocionar a todo el país por la forma en como se dieron los hechos.
La Tramacúa también alberga a Rafael Uribe Noguera, condenado a 58 años por el asesinato de la pequeña Yuliana Samboní. Esta niña de solo siete años fue secuestrada en Bogotá en diciembre de 2016, y su trágica muerte generó un clamor social por justicia. En este penal, también se encuentra Harold Andrey Echeverry, quien cumple 47 años de prisión por el asesinato de Michel Dayana González. Michel era una joven de 15 años que fue reportada como desaparecida y posteriormente encontraron su cuerpo desmembrado en Cali en diciembre de 2023.
Otros nombres aque resuenan en el centro penitenciario
La lista de criminales de alto perfil que han pasado por La Tramacúa no se detiene ahí. Estos son otros de los nombres más sonados en el país por sus delitos:
- Yhonier Leal: Condenado a 55 años por asesinar a su madre y hermano; su caso generó un amplio debate sobre la violencia intrafamiliar.
- Jhon Jairo Velásquez (Popeye): Jefe de sicarios de Pablo Escobar, estuvo más de un año en La Tramacúa. Su vida es emblemática de la era del narcotráfico en Colombia.
- Miguel Rodríguez Orejuela: Co-fundador del Cartel de Cali, cumplió parte de su condena de 30 años; su captura simboliza la lucha del Estado contra el narcotráfico.
- David Murcia Guzmán: Fundador de DMG, fue condenado a 20 años por lavado de activos.
- Javier Velasco: Homicida de Rosa Elvira Cely, aceptó cargos de tortura y acceso carnal violento; su crimen impulsó el debate sobre la violencia de género.
- José Manuel Vera (Satanás): Líder del Tren de Aragua, trasladado a La Tramacúa en 2024 por varios delitos, tales como violencia extrema, extorsiones y actividades locales de microtráfico.
En medio de esta atmósfera de terror, se suma la noticia del traslado de Darwin Beltrán a La Tramacúa. Este individuo está señalado de asesinar a sus propios hijos, Santi Esteban y Susan Camila, de 7 y 4 años, respectivamente, en Bogotá, por vengaza a us expareja. Beltrán podría enfrentar hasta 50 años de prisión. Su traslado a La Tramacúa lo colocaría en una lista de criminales que han marcado la historia delictiva del país.
Este terrible suceso, que ha estremecido en los últimos días a la opinión pública, se desencadenó después de que Beltrán presenciara a su expareja bajándose de una motocicleta, lo cual, según sus propias palabras ante las autoridades, fue el detonante para cometer el atroz crimen.
Características de La Tramacúa
La Tramacúa se encuentra a 3.5 kilómetros de la vía que conduce del Batallón La Popa al corregimiento de la Mesa. Con capacidad para 1,600 internos, el penal se extiende a lo largo de 15 hectáreas y está diseñado para albergar a delincuentes de alta peligrosidad. Este centro cuenta con dos pabellones para sindicados, dos patios de mediana seguridad y una sección de alta seguridad, lo que permite un estricto control sobre los internos.
Las celdas, que miden apenas seis metros cuadrados, son conocidas por su escasa iluminación natural, lo que obliga a los reos a salir en grupos para tomar el sol solo una vez al día. Además, a diferencia de otras cárceles en el país, los internos en La Tramacúa están obligados a usar uniformes, y no se permite una interacción cercana entre ellos. La vigilancia en esta penitenciaría es rigurosa, con cámaras de seguridad monitoreando cada movimiento de los prisioneros.
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Es por esto que, la Tramacúa se ha consolidado como una de las cárceles más seguras de Colombia. La llegada de nuevos criminales como Darwin Beltrán añade una capa adicional de tensión a un lugar ya marcado por el horror y la violencia.
