La Guajira, una de las regiones más diversas y a la vez más vulnerables de Colombia, se prepara para un cambio estructural con la construcción de un aeródromo en Uribia. Hasta ahora, el único punto de conexión aérea en el departamento ha sido el aeropuerto Almirante José Prudencio Padilla, en Riohacha, lo que ha dejado a muchas comunidades de la Alta Guajira en un aislamiento prolongado. Sin embargo, esta situación cambiará con la nueva obra impulsada por el Gobierno del Cambio, que busca mejorar el acceso a servicios esenciales y acortar las distancias para las poblaciones que habitan el corazón del desierto guajiro.
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El proyecto del aeródromo en Uribia ya está en sus primeras fases, lideradas por la Aeronáutica Civil y bajo la supervisión de su director, Sergio París, quien informó sobre la socialización de la iniciativa con las comunidades. Este proceso es clave para establecer un diálogo abierto y atender las inquietudes de los habitantes locales, quienes han expresado su expectativa de que el nuevo aeródromo facilite el acceso a servicios como la salud y la educación. “El proyecto cuenta con recursos asegurados, lo que garantiza un respaldo sólido para su ejecución”, afirmó París. Además, la Universidad Nacional está a cargo de los estudios y diseños de la terminal aérea, una etapa crucial antes de dar inicio a las obras.
Un compromiso judicial y social
La construcción del aeródromo en Uribia no es solo una obra de infraestructura; es también un mandato de la justicia colombiana. La sentencia T-302 establece esta obra como una obligación del Estado para mejorar la vida de las comunidades en la Alta Guajira. Esta disposición convierte el proyecto en un asunto prioritario, lo cual compromete al gobierno a llevarlo a cabo con seriedad y responsabilidad, atendiendo una deuda histórica con las comunidades indígenas de la región. “El respaldo judicial garantiza que la obra se realice, impactando la movilidad y fortaleciendo el tejido social en la zona”, explicó París. Igualmente, la obra también será fundamental para promover el desarrollo económico, pues facilitará el acceso de turistas al desierto guajiro y beneficiará a cientos de familias que han vivido en condiciones de aislamiento.
Construcción a cargo del Ejército Nacional
Una vez concluyan los estudios y diseños por parte de la Universidad Nacional, el Comando de Ingenieros del Ejército colombiano tomará la batuta en la construcción del aeródromo. Este apoyo asegura un proceso ágil y eficaz, permitiendo que el aeródromo entre en funcionamiento en el menor tiempo posible. La obra representa, además de una mejora en infraestructura, un símbolo de progreso y un avance para reducir las barreras geográficas que han aislado a la Alta Guajira durante décadas.
El nuevo aeródromo en Uribia es, sin duda, una promesa de transformación para La Guajira. Con él, el departamento no solo fortalecerá su conectividad aérea, sino que también mejorará la calidad de vida de muchas familias guajiras y fomentará el turismo en uno de los paisajes más singulares de Colombia.