En el Ejército el apoyo canino se ha visto reducido en un 20%, entre los que se destaca los antiexplosivos, indispensables para el hallazgo de minas y bombas. Estos compañeros han sido fundamentales a lo largo de la historia en la lucha contra los grupos armados ilegales.
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Iván Velásquez, ministro de Defensa, afirmó al respecto que. “Hemos conocido que en operaciones tardan un día en recorrer un kilómetro o dos kilómetros, porque cuando hay conocimiento de minas en el sector siempre hay una labor preventiva para ir avanzando”, esto como una medida de prevención con los caninos.
Según un informe reciente de las fuerzas armadas, indica que los perros disminuyeron en un 20% en relación con 2022. No hubo compra de los canes en los últimos dos años, según fuentes militares, por problemas presupuestales. Actualmente, hay 1.966 animales en la institución. El 69% está destinado al área de antiexplosivos y desminado humanitario, es decir, 1.189 distribuidos en las 10 divisiones del Ejército y sus fuerzas especiales. El 21% restante está en seguridad, guarniciones militares, detección de narcóticos y búsqueda y rescate de personas.
El uso de caninos en Ejército no es reciente, son elegidos por su nariz siendo un potente radar de olores. Explican los instructores que un humano tiene cinco millones de receptores olfativos, mientras que un perro tiene entre 200 y 300 millones. Estos animales los instruyen en pistas de habilidades motrices para afrontar los escenarios más complejos. Asumen la misión de salvar la vida de su guía y de 20 o 30 militares más que van detrás de él.
Jeison Villa Rivera, uno de los guías caninos del Ejército, explicó. “Los perros me han salvado muchas veces. Al momento siempre siente uno nervios, pero al mismo tiempo siente uno mucha satisfacción porque se da cuenta de que realmente el canino da resultados”.
