Desde la llegada de Gustavo Petro a la presidencia, en agosto de 2022, la violencia asociada a homicidios múltiples ha dejado una profunda huella en Colombia. Según cifras de ObservadoresCol, se han registrado 200 masacres en el país en este período, cobrando la vida de 680 personas. Este fenómeno ha suscitado preocupación tanto en la opinión pública como en los organismos de seguridad, ya que representa un aumento significativo en comparación con gobiernos anteriores.
Los datos muestran que en los últimos meses de 2022 se contabilizaron 33 masacres, que dejaron un saldo de 117 víctimas fatales. En el 2023, el panorama se agravó, con 95 masacres registradas y 310 personas asesinadas. Este 2024, aunque el año aún no termina, ya se han reportado 72 masacres con 253 víctimas. Estos números revelan un patrón constante de violencia que afecta diversas regiones del país, con variaciones en la intensidad de los hechos según las zonas.
Regiones más golpeadas por la violencia
El departamento del Cauca lidera el listado de las zonas más afectadas, con un total de 95 víctimas fatales en masacres. El Valle del Cauca ocupa el segundo lugar, con 89 personas asesinadas. Antioquia y Atlántico se sitúan en el tercer y cuarto puesto, con 75 y 58 víctimas, respectivamente. En otros departamentos como Norte de Santander, Nariño, Putumayo y Magdalena, el número de muertos oscila entre 32 y 41 personas, evidenciando que la problemática no se limita a una región específica, sino que se extiende por todo el territorio nacional.
Respecto a lo anterior, un análisis de Indepaz indica que durante el actual gobierno, las masacres han aumentado un 51 % en comparación con el mandato de Iván Duque. No obstante, las cifras también revelan una ligera disminución en el número de víctimas por estos actos. Entre agosto de 2022 y julio de 2023 se registró un 5,2 % menos de víctimas, y entre agosto de 2023 y junio de 2024, esta reducción alcanzó un 9,8 %.
Finalmenre, el aumento de las masacres plantea serios retos para el gobierno de Gustavo Petro, que enfrenta críticas por parte de diversos sectores políticos y sociales. La implementación de políticas de seguridad efectivas se ha convertido en una prioridad urgente, especialmente en las regiones más afectadas.
Lea también: Gobierno de Petro reduce inseguridad alimentaria para 2,5 millones de colombianos
Además, este fenómeno pone en evidencia la necesidad de abordar las causas estructurales de la violencia, como el acceso desigual a recursos, la presencia de grupos armados y la debilidad institucional en ciertas zonas del país.
