El 2024 ha sido un año marcado por eventos que han sacudido profundamente el panorama judicial y social de Colombia. La liberación de algunos de los capos más emblemáticos del crimen organizado como el narcotráfico y el paramilitarismo, figuras que dominaron los titulares en las décadas de 1980, 1990 y 2000, ha generado una mezcla de incertidumbre, polémica y preocupación entre la ciudadanía, las autoridades y las víctimas de décadas de violencia. Estas salidas de prisión, resultado de largos procesos judiciales en Colombia y el extranjero, han puesto en el centro del debate temas como la justicia transicional, el impacto de los acuerdos de colaboración judicial y el riesgo de la reincidencia en actividades criminales.
Los liberados no son meros nombres en el historial del crimen colombiano; son figuras que personifican capítulos enteros de la historia reciente del país. Desde líderes paramilitares que promovieron masacres en nombre de la “seguridad”, hasta jefes del narcotráfico que crearon imperios multimillonarios basados en la cocaína, estos hombres jugaron roles clave en la configuración de un panorama de violencia, corrupción y colusión estatal que marcó a generaciones enteras.
Por un lado, muchos de ellos han intentado presentarse como colaboradores de la verdad, aportando información que, en algunos casos, ha permitido esclarecer crímenes atroces y desmantelar estructuras criminales. Por otro, sus salidas reavivan el temor de que antiguos capos puedan reactivar redes ilícitas o, al menos, influir en la reconfiguración de los actuales escenarios del crimen organizado. Este dilema se entrelaza con el escepticismo de las víctimas, quienes sienten que, a pesar de las condenas cumplidas, la justicia plena aún está lejos de alcanzarse.
En este contexto, las liberaciones de Hébert Veloza García, alias HH; Jorge Iván Urdinola Perea, alias La Iguana; Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta; Fabio Ochoa Vásquez y Salvatore Mancuso representan mucho más que decisiones judiciales: son recordatorios de un pasado que sigue latente.
Jorge Iván Urdinola Perea, alias La Iguana
En mayo de 2024, Jorge Iván Urdinola, alias La Iguana, quedó en libertad tras cumplir una condena desde el 2009 que marcó el final de una era para uno de los líderes más influyentes del narcotráfico en el Valle del Cauca. La Iguana se consolidó como una figura poderosa tras la captura y posterior extradición de Diego León Montoya, alias Don Diego, quien lideraba el Cartel del Norte del Valle. Urdinola Perea heredó buena parte de las redes de tráfico, controlando rutas internacionales hacia Estados Unidos y Europa.
Su nombre estuvo vinculado a la expansión de actividades criminales en el suroccidente colombiano, incluyendo el fortalecimiento de cultivos ilícitos y el aumento de la violencia en áreas rurales del Valle del Cauca.
Sin embargo, en septiembre del mismo año, al retornar a Colombia, fue nuevamente capturado en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá por agentes de la Policía Nacional y Migración Colombia. Las autoridades confirmaron que Urdinola enfrentaba órdenes de captura vigentes en el país por delitos como concierto para delinquir, homicidio y narcotráfico.
Hébert Veloza García, alias HH
En la mañana del 25 de julio de 2024, Hébert Veloza García, alias HH, excomandante del Bloque Bananero de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), recuperó su libertad tras cumplir una pena por su responsabilidad en el asesinato de Vicente Castaño Gil, alias El Profe. Este crimen, perpetrado en marzo de 2007, había sido ordenado por los propios hombres de HH. Veloza, quien estaba recluido en la cárcel de Itagüí desde diciembre de 2017 tras su deportación desde Estados Unidos, fue beneficiado con una boleta de libertad emitida por el Juzgado Penal de Circuito para Justicia y Paz, posteriormente ratificada por el Tribunal Superior de Medellín.
La decisión judicial se basó en la suspensión de procesos pendientes en la justicia ordinaria y en la verificación de que no existieran requerimientos adicionales por parte de otras autoridades. Previamente, en marzo de 2024, HH había sido sentenciado a casi 19 años de prisión por el asesinato de Vicente Castaño, sumando este delito a una extensa lista de crímenes, incluidas múltiples masacres, que marcaron su trayectoria como líder paramilitar. Pese a esto, el marco de Justicia y Paz permitió que cumpliera penas reducidas en Colombia tras su regreso.
Alias HH, quien inicialmente militó en las filas guerrilleras antes de integrarse a las Autodefensas, había sido extraditado a Estados Unidos en 2008, donde cumplió una condena por narcotráfico. Su vínculo con la Casa Castaño y su participación en la estructura criminal de las AUC lo posicionaron como una figura central en el conflicto armado colombiano. No obstante, su retorno a la vida en libertad sigue siendo motivo de controversia, dado su historial de violencia y narcotráfico.
Salvatore Mancuso
La liberación de Salvatore Mancuso en julio de 2024 ha sido una de las más polémicas. Exlíder paramilitar de las AUC y responsable de masacres que dejaron miles de víctimas, Mancuso cumplió 18 años de prisión entre Estados Unidos y Colombia. Además de ser un símbolo del paramilitarismo, Mancuso ha sido pieza clave en las negociaciones de paz, ofreciendo información sobre la connivencia entre sectores económicos y paramilitares.
Aunque algunos sectores lo ven como una figura que podría contribuir a la verdad y la reparación, su regreso a la libertad también ha generado críticas, especialmente de las organizaciones de víctimas que cuestionan su compromiso real con la justicia y la reconciliación. El anuncio de su posible rol como gestor de paz ha encendido un debate nacional.
Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta
Juan Carlos Ramírez Abadía, alias ‘Chupeta’, reconocido narcotraficante del cartel del Norte del Valle, recuperó su libertad en octubre de 2024 tras alcanzar un acuerdo con la justicia de Estados Unidos. Este pacto le permitió ingresar al programa de protección a testigos, obteniendo una nueva identidad y residencia en un lugar confidencial. Su colaboración incluyó testimonios clave contra figuras como Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán, proporcionando información sobre rutas y operaciones del cartel de Sinaloa, decisiva para la condena de más de 30 años de Guzmán en 2019.
Originario de Palmira, Valle del Cauca, Ramírez Abadía inició su carrera criminal en el cartel de Cali antes de independizarse y liderar su propio imperio. A pesar de múltiples condenas y su captura en 2007 en Brasil, donde intentó evadir a las autoridades mediante cirugías plásticas, su extradición a Estados Unidos marcó un giro hacia la cooperación con la justicia. Ahora, su libertad plantea interrogantes sobre el equilibrio entre estos beneficios y la lucha contra el crimen organizado.
Fabio Ochoa Vásquez
Fabio Ochoa Vásquez, uno de los históricos líderes del Cartel de Medellín y estrecho colaborador de Pablo Escobar, fue liberado el pasado 4 de diciembre tras cumplir 25 años de prisión en Estados Unidos. Su detención en 1999 y posterior extradición en 2001 lo convirtieron en uno de los casos emblemáticos de la lucha contra el narcotráfico colombiano.
Ochoa cumplió su sentencia en una cárcel de baja seguridad en Michigan, donde, gracias a su buena conducta, logró una reducción del 15% de su pena. Ahora, con 67 años, su posible regreso a Colombia está bajo evaluación, pues las autoridades estadounidenses examinan su deportación y las colombianas revisan si aún tiene cuentas pendientes con la justicia. Aunque su defensa asegura que su situación legal en el país está resuelta, el futuro del exnarcotraficante genera expectación.
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Durante su tiempo en prisión, Ochoa intentó alejarse de su pasado, promoviendo iniciativas relacionadas con energías limpias. Sin embargo, su nombre sigue siendo sinónimo de los años más oscuros del narcotráfico en Colombia, marcado por violencia, corrupción y envíos masivos de cocaína.