El pasado 2 de enero falleció en Bogotá Rubén Darío Fernández Monroy, un joven delegado de juventud del departamento de Cundinamarca, reconocido por su trabajo en pro de la participación juvenil y los derechos de las comunidades rurales. Su muerte ha generado conmoción debido a su vínculo con la intoxicación masiva que se registró durante la Asamblea Nacional de Juventudes, realizada en Ibagué los días 22, 23 y 24 de noviembre del año pasado (2024).
Le puede interesar: Eventos de MinIgualdad en la mira: $5.000 millones invertidos en logística
En el evento, organizado con el propósito de promover un gran acuerdo nacional de juventudes, cerca de 300 personas resultaron intoxicadas. Esto tras consumir alimentos presuntamente en mal estado. Según declaraciones de la madre del joven, Elvia Monroy, Rubén Darío ingirió pollo el cual le provocó síntomas severos como vómito, diarrea. También, dificultades para hablar y un deterioro progresivo de su salud que lo llevó a su deceso.
Ministerio de Igualdad hace un llamado urgente a la justicia
El Ministerio de Igualdad, liderado por la vicepresidenta Francia Márquez, emitió un comunicado lamentando profundamente la pérdida de Rubén Darío. A su vez, destacando su incansable labor por las juventudes del país. Asimismo, la entidad solicitó a las autoridades competentes investigar a fondo los hechos para esclarecer las causas de su fallecimiento.

“Rubén Darío trabajó con determinación por los derechos de los jóvenes y la construcción de una sociedad más equitativa. Sus aportes en la Asamblea Nacional de Juventud fueron invaluables”, destacó el ministerio. Igualmente, expresó su solidaridad con la familia del joven y se comprometió a acompañarlos en este difícil momento.
Condiciones cuestionadas en el evento
La intoxicación masiva durante la Asamblea ha sido atribuida al alto grado de descomposición de los alimentos ofrecidos en el encuentro, donde asistieron más de 3,000 jóvenes de todo el país. Aunque el evento fue promovido como un espacio para fortalecer la participación juvenil, las denuncias por la mala calidad de la comida han desatado críticas al Gobierno Petro y al manejo logístico del evento.

Rubén Darío es uno de los casos más graves reportados tras el evento. Su madre aseguró que, después de la intoxicación, el joven tuvo que ser trasladado a varias clínicas en Bogotá, donde no recibió la atención necesaria. “Si él no hubiera asistido a ese congreso, nada de esto le habría pasado”, lamentó Monroy, quien también señaló que hay otros jóvenes afectados en regiones con escasos recursos médicos.
Una pérdida que enciende alarmas
La muerte de Rubén Darío ha puesto en evidencia la urgencia de garantizar condiciones dignas en eventos de gran magnitud organizados por el Gobierno. Mientras tanto, la familia del joven exige respuestas claras y justicia para evitar que este trágico episodio quede en el olvido.
El caso está en investigación por las autoridades para conocer las causas de este hecho. Mientras la Asamblea Nacional de Juventudes, que buscaba ser un símbolo de unidad y participación, queda marcada por las denuncias y el clamor de las familias afectadas.