El pasado 12 de enero, Carlos Julio Sierra, conocido como alias Avestruz, aterrizó en suelo colombiano tras ser deportado desde Estados Unidos en un vuelo chárter. Este operativo, liderado por la Agencia de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), incluyó a 84 colombianos más. Sin embargo, este hombre concentra la atención, ya que durante años desempeñó un papel clave en el cartel del Norte del Valle y aterrorizó el mundo del narcotráfico.
Alias Avestruz, quien llegó directamente a Cali después de su arribo, genera gran expectativa en el departamento del Valle del Cauca. Esto ocurre en un contexto de tensiones marcadas por recientes atentados contra funcionarios públicos. Entre estos hechos, destaca el ataque que perpetraron contra el secretario de Planeación de Florida, Julián Álzate, quien recibió disparos mientras viajaba en su camioneta el 8 de enero. Días antes, el 6 de enero, un hombre asesinó a un agente de la Sijin de un disparo en la cabeza en un aparente robo mientras él transitaba entre Florida y Pradera.
Aunque las cifras de homicidios han disminuido en 2024, el orden público sigue siendo una preocupación para las autoridades, especialmente ante el regreso de figuras históricas del narcotráfico como Sierra, ya que su presencia podría reavivar disputas por control territorial entre organizaciones criminales.

El legado de Avestruz: sangre y poder
Carlos Julio Sierra no solo fue uno de los hombres más cercanos a Wílber Varela, alias Jabón, sino que también lideró una de las oficinas de cobro más temidas en Cali, conocida como “El Ave”. Se le atribuyen más de 100 homicidios solo en la capital del Valle y un historial de enfrentamientos directos con el cartel de Cali. Por años, su captura fue un desafío para las autoridades, lo que le valió el apodo de “Fantasma”.
En 2017, las autoridades lo detuvieron tras un operativo que siguió los movimientos de su pareja sentimental y de su mascota, un schnauzer gris llamado Dany. Según informes policiales, un infiltrado logró obtener información clave a través de la entonces novia de Sierra, lo que permitió dar con su paradero tras años de búsqueda.
Actualmente, las investigaciones apuntan a una conexión entre Sierra y alias Pipe, cabecilla de La Inmaculada en Tuluá. La expareja de Avestruz, apodada “La Pastora”, habría jugado un papel importante como enlace indirecto para llegar a este líder criminal. Sin embargo, los esfuerzos para capturar a Pipe fueron infructuosos hasta 2015, cuando finalmente fue aprehendido tras varios operativos.
La relación entre estas figuras ha dejado un rastro de violencia en el centro del Valle del Cauca, incluyendo asesinatos en restaurantes y vendettas familiares en Cali.
¿Una nueva etapa o el mismo riesgo?
Sierra regresa a Colombia bajo la sombra de su pasado criminal, pero también con un documento oficial de Estados Unidos que confirma que lo ha retirado de su lista de Narcotraficantes Especialmente Designados. Pese a esto, la incertidumbre persiste sobre su papel en la actual dinámica criminal del país.
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Las autoridades locales y nacionales se mantienen alerta ante el posible resurgimiento de conflictos ligados a este narcotraficante, mientras los habitantes del Valle del Cauca observan con preocupación el impacto que podría tener su retorno.