En un momento de creciente indignación por las acciones violentas del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el gobierno del presidente Gustavo Petro ha tomado una decisión al nombrar a 17 miembros del ELN como “gestores de paz”. Esto ocurre en medio de la suspensión de los diálogos de paz con este grupo armado, generado serias críticas por la historia criminal de los seleccionados.
Lista de perfiles criminales preocupante
La lista de los gestores de paz revelada por el concejal Julián Uscátegui es alarmante, puesto que entre los designados cuentan con un pasado criminal extenso, que incluye terrorismo, secuestro, homicidios y extorsión. En total, estos 17 miembros del ELN acumulan una impresionante cantidad de condenas que, si se sumaran, equivaldrían a 482 años de prisión.
Uno de los nombres destacados en la lista es el de Jairo Arrigui Guenis, alias “Antonio”, quien enfrenta acusaciones graves, incluidas las de secuestro y homicidio. También se encuentra en la lista Claudia Patricia Rodríguez Moreno, alias “Gabriela” o “Alicia”, acusada de rebelión agravada y financiación de terrorismo, y Edgar Restrepo Benjumea, alias “Mono Clinton”, conocido por su implicación en extorsiones a empresarios en Medellín.
Beneficios como gestores de paz
Lo que ha causado mayor indignación entre la ciudadanía es que estos individuos, a pesar de sus delitos, han recibido varios beneficios por parte del gobierno, que entre ellos es la libertad condicional, esquemas de seguridad y protección, reflejando una contradicción en la política de paz, ya que estos “gestores” no parecen haber aportado a la construcción de un país.
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El coronel (r) Javier Soler, analista de seguridad, señala que varios de los designados tienen una influencia directa en regiones como el Catatumbo, en Norte de Santander, donde el ELN sigue operando con fuerza. Según Soler, la situación en esa zona y los privilegios otorgados a estos exguerrilleros ponen en duda la efectividad de la estrategia del gobierno para alcanzar la paz.
De esta manera, el nombramiento de estos 17 integrantes del ELN como gestores de paz pone en evidencia las tensiones y contradicciones de una política de paz que intenta equilibrar la reintegración de actores armados con la justicia y la seguridad del país. En un contexto de creciente violencia y desconfianza, muchos se preguntan si este enfoque realmente contribuirá a la paz o por el contrario, terminará favoreciendo a aquellos que siguen con las manos manchadas de sangre.